Wyoming; el médico rockero que acabó triunfando en la televisión



Acaba de cumplir sesenta y cuatro años y está hecho un chaval. Y aunque esté en edad de prejubilación, él nos diría que no se puede jubilar, porque nunca ha trabajado.
Wyoming está en la cima de su carrera, con niveles de influencia política nunca conocidos para él. El Intermedio se ha convertido en un imprescindible informativo satírico donde denuncia abusos del poderoso, desigualdades con el débil y los tradicionales excesos de la caverna mediática.

El programa ha cumplido ya ocho años, y es quizás donde se le ha visto más a gusto, pese a que comenzó con un formato demasiado encorsetado para él, ya que se trababa con el cerrado guión. Pero ahora se le ve relajado ante los más de dos millones de seguidores que después de cenar se sientan en el sofá para comprobar los desmanes del sistema, ácidamente denunciados por él y su equipo.

La carrera de Wyoming

El Intermedio es para él el décimo proyecto de televisión en el que pone la cara. Además ha participado en una treintena de películas-escribiendo dos de ellas-, ha firmado cinco libros-Estamos locos está triunfando en las librerías-, ha dirigido tres documentales con tintes de denuncia social y nunca ha parado de tocar con su banda rockera, donde ya no está su querido e inseparable Reverendo, fallecido hace año y medio.

Hay millonarios que disfrutan con yates o follando sin parar en la República Dominicana o Tailandia-los más pervertidos-, pero él prefiere cargar la furgoneta junto a varios jóvenes y largarse cada fin de semana a tocar versiones rockeras a baretos y salas de provincias. La música es su gran pasión junto a sus tres hijos, con los que convive.

Sus inicios

Wyoming nació en una familia bien que poseía varias farmacias, y le costó casi una década sacarse la carrera de médico, ya que estaba más pendiente del anarquismo, las noches de rock o la insumisión-aunque finalmente hizo la "mili" en Cáceres-.
Cuando se graduó, empezó a hacer sustituciones en ambulatorios de pueblos perdidos, donde le tocaba poner inyecciones y hasta presidir corridas de toros.

En televisión debutó hace ya treinta años, cuando José María Fraguas le dio la oportunidad para aparecer en el concurso Silencio, se juega. Después caminó en solitario por La Noche se mueve, el primer late show de España-cuando Telemadrid era la vanguardia y no la carcundia- y protagonizó Hermanos de leche en Antena 3. Después vendría una de sus mayores polémicas, que fue cuando los socialistas le cancelaron El peor programa de la semana, un alternativo formato de entrevistas, sketches y actuaciones musicales en La 2, tras intentarle levantar la entrevista a Quim Monzó, que estaba en ese momento inmerso en una polémica tras ridiculizar a la Infanta Elena en TV3.

El CQC; su consagración

Aunque su consagración se produjo en el Caiga quien caiga, un fresco formato argentino de reportajes, que permaneció seis años en Telecinco. La popularidad del programa llegó a tal extremo que hasta el Rey Juan Carlos se puso las famosas gafas negras, que eran la imagen del programa.
Pero el programa también se canceló, esta vez por presiones de Aznar, que veía con desagrado las críticas a su Gobierno y las parodias de Ana Botella. El entonces Presidente español logró que su homónimo italiano, Silvio Berlusconi, cancelara el CQC y despidiera a Luis Fernández, que había revitalizado los Informativos Telecinco con una visión más progresista de lo que le convenía al político pepero. Lo único que no consiguió Aznar del padrino de su hija, Berlusconi, fue que echase a Sardá, ya que para Mediaset la rentabilidad económica ha estado siempre por encima de las presiones políticas. Wyoming ya por entonces era una de las dianas favoritas de la derecha mediática, que lo criticaban por sus irreverentes comentarios en el Hoy por hoy de Iñaki Gabilondo.

Esto se agravó cuando la nueva TVE de Zapatero lo contrató como estrella para presentar La azotea, formato que arrancó con polémica tras las denuncias del PP en el Parlamento sobre su sueldo.
El programa apenas aguantó nueve noches, y poco después fue contratado por la nueva cadena, la Sexta, para intentar hacer una especie de parodia política de los medios de comunicación, con un formato similar al de Javier Vizcaino en Radio Euskadi la década pasada o el de Quequé en la sección "La guerra de los medios", de Noche Hache, producido por Globomedia al igual que El Intermedio.

Rico y de izquierdas

Si hay algo que le gusta demonizar a la derecha es que ciudadanos que se autodefinen como progresistas sean a la vez ricos. Es igual de ridículo que si se lo exigiéramos a un rico católico-que se supone que debe entregar sus riquezas a los pobres-. Como El Intermedio molesta en el Gobierno-con rumores crecientes de cancelación por presiones políticas-, el servil ABC intentó torpedear hace unos meses al showman con la información que decía que el humorista tenía dieciséis inmuebles en Madrid y cobraba más de 300.000 euros anuales en la Sexta.

Así lo explicaba el showman en Canal +; “Yo no quiero vivir en un espacio cerrado con torretas rodeado de caníbales que vienen a comerme, separado, como sucede en EEUU, de lo que consideran la chusma. Quiero que mis conciudadanos vivan bien, no sólo porque es justo, sino porque yo voy a vivir mejor. Mis hijos van a poder jugar en la calle cuando hay paz social. Yo no quiero la realidad que viven muchos en América latina, donde si estás tomando una cerveza en una terraza puede llegar un 4×4 y ametrallarte, no quiero esta realidad para mi país”.

Sus frases para el recuerdo

Wyoming siempre ha dejado perlas, que son a su vez brillantes reflexiones políticas con tintes de humor. Aquí van algunas de ellas;

"El capitalismo es el sistema. La democracia actual es una forma de organizarse dentro del sistema. En el capitalismo es donde está el gran problema. La voracidad de esa bestia es infinita"

"Franco hizo grandes cosas en una cama. La mejor de todas, morirse en una de ellas."

"Rajoy tiene la solución para el paro: crear empleo. Y yo tengo la solución para el hambre: crear comida."

"Esta es la España que nos deja Zapatero. Se han ido al paro hasta los de ETA."

"Los toros son como una boda, sí. Como una boda gitana: Hasta que alguien sangra, no sacan el pañuelo."

"La izquierda es como el Atlético de Madrid. Sólo gana una vez cada diez años y no tiene ningún periódico que la apoye."

Por estas frases y sus maravillosos programas Wyoming molesta tanto a la derecha, ya que él representa a esa nueva izquierda sin complejos, que le recuerda a la derecha sus excesos y su siniestro pasado.









Aquí os dejo un espectacular mitin que dio en Alcalá de Henares





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