Se viene notando desde hace unos meses el desinterés repentino de los medios hacia la Fórmula 1, tras la debacle del pack Alonso/Ferrari. Esa falta de interés ya la vimos cuando Indurain abandonó el ciclismo, cuando Ballesteros dejó el golf y pasará cuando Rafa Nadal se retire del tenis. A todos los deportes que han tenido les ha pasado en una época determinada-al baloncesto, al boxeo, a las motos y hasta a la pelota-. Y le pasará a la Fórmula 1. Y de hecho ya lo está notando, con la falta de competitividad del piloto asturiano.
Fernando Alonso, nuestro bicampeón mundial-tan poco querido por su peculiar carácter-, ha logrado un tercer puesto en siete carreras como mejor logro. Rosberg y Hamilton se jugarán un para nosotros intrascendente Mundial. Recuerda lo que le está pasando a Alonso en Ferrari a su segunda etapa en Renault, pero en este caso no tiene visos de mejora con un cambio de escudería.
Las audiencias de Antena 3 ya están notando la mala temporada de Alonso-que cuando gana lo hace él y cuando pierde lo hace por el coche-; hace quince días en Mónaco, Antena 3 tuvo millón y medio de espectadores menos que la carrera del año pasado, lo que supone once puntos de audiencia, y eso que Alonso logró un aceptable cuarto lugar. Más de millón y medio de espectadores perdió este año Antena 3 respecto a 2013 con el GP de Montmeló. Mal síntoma.
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