El asesinato civil de Pablo Iglesias

Fotografía; La Crónica de Salamanca

El éxito de Podemos no ha pasado inadvertido para nadie. El actual sistema, que lleva corrompiendo el país cuatro décadas, no va a permitir que Pablo Iglesias ni nadie ponga en duda la actual manera de funcionar, ya que la sociedad civil se ha dado cuenta de la estáfa sistemática del PP y del PSOE-financiada por la oligarquía y coronada por Juan Carlos-.

El profesor de la Complutense va a pagar un alto peaje social, y de hecho esta semana no ha parado de recibir insultos y acusaciones; Libertad Digital dice citando supuestamente a alumnos, que Pablo es machista con sus alumnas. Luis Losada, ex presentador de Intereconomía, "acusó" al profesor de viajar en preferente en Renfe-acusación ridícula de un meapilas, que curiosamente no pide voto de pobreza para todos los empresarios que van de católicos profesionales y deberían dar ejemplo de donaciones al prójimo-. Y Al rojo vivo ha vetado su presencia, ya que Ferreras está más pendiente de no ceder su trono contra el ímpetu de Cintora y de promover la candidatura de su amiga Chacón para las primarias socialistas.





El asesinato civil de Iglesias ya es una realidad y lo primero que han hecho todos los medios es acusar de proetarra a Podemos. Juan Carlos Monedero, amigo y brazo derecho del profesor en la formación, desmintió las informaciones en Las mañanas de Cuatro; "Estamos en contra de ETA y de cualquier tipo de violencia. Hemos celebrado el cese de esta infausta banda criminal".
El pueblo cuyos derechos han sido violados-preferentes, rescate de la banca mientras nos desahucian, muerte del Estado del bienestar, etc...- tiene la obligación moral de defender a Iglesias y a su proyecto regeneracionista.

Podemos se ha convertido en un hilo de esperanza para derrocar a la casta política parasitaria. Se puede estar más o menos de acuerdo con algunas de las políticas económicas o incluso las animalistas, pero de ahí a negar que la mayoría de recetas que promueve la formación deberían ser de obligado cumplimiento, queda un abismo.