¿Quiénes son los tres culpables de qué España sea el país más trasnochador de Europa?



Dice Ana Mato, la señora que no se dio cuenta de los Ferraris gurtelianos en el parking y la señora que no se dio cuenta de los Louis Vuitton que le regalaba la trama corrupta, que las televisiones deberían adelantar sesenta minutos los informativos nocturnos y el comienzo del prime-time, para que los productos estrella concluyan a las once de la noche, y nos vayamos antes a dormir.

Propone estupideces como estas para que parezca que su Ministerio tiene sentido, cuando todas sus competencias están transferidas a las comunidades autónomas. "El objetivo es que los ajustes en la programación permitan avanzar en el ámbito de la conciliación y la racionalización de horarios"

No se da cuenta esta pájara que no se puede luchar contra el negocio y que las televisiones no están regidas por imbéciles, y no van a cortar horas de publicidad rentable por hacer caso a cambiar "por cojones" nuestros horarios.

Ana Mato no es a la primera que se le ocurre. El primero fue al visionario José Miguel Contreras, gurú socialista y mandamás de la Sexta, que cuando lanzó ésta, dijo que los españoles nos íbamos demasiado tarde a la cama y que el prime-time de su cadena comenzaría a las 21;30. Poco duró el experimento. De hecho El Intermedio no funcionó hasta que dejó de competir contra los informativos y El Chiringuito se va a empezar a emitir por la Sexta a partir de la una y media de la madrugada.
Y si en 2006 Contreras pronosticaba el adelanto general, en 2007 Escenas de Matrimonio arrasaba en Telecinco y retrasaba el comienzo del prime-time, hecho que provocó "la creación" de una franja de access prime-time donde destacan El Hormiguero o El Intermedio.

Hay que recordar que los españoles somos nocturnos crónicos, aunque no tanto como ahora. El primero que nos hizo trasnochar en los medios fue Martín Ferrand, que consciente del final de la programación de televisión a medianoche en los años setenta, lanzó Hora 25 en la SER, desde donde saltaría a la fama José María García, con sus afilados comentarios deportivos.

En televisión el que abrió la veda fue Pepe Navarro. Hasta mediados de los noventa, las madrugadas eran refugio de películas de cuarta, teletiendas y terceras ediciones de informativos. Pero llegó el Mississippi hace casi dos décadas, y Sardá y Buenafuente han cogido el relevo, cada uno a su manera.
García y Pepe Navarro, consiguieron inventarse un público en las madrugadas, y consiguieron robarle horas de sueño a costa de entretener al personal.






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