Visitó anoche Chicote la taberna asturiana L'Orbayu, donde se encontró una de las sorpresas desde que está al frente de Pesadilla en la cocina; en la carta se ofrecían croquetas de Chicote, cuando después el chef comprobó que las susodichas eran congelados del Mercadona.
Alberto se enfrentó a un reto complicado; cuatro amigas al frente de un negocio, que compartían el descontrol de cuatro cuarentonas en una despedida de soltera y la maldad común de un grupo de amigas tomando café; el salvaje oeste.
El reality de la Sexta sigue funcionando; anoche sumó más de dos millones y medio de espectadores y marcó el 12,4%, superando incluso a la final de ¡Mira quién baila!, que concluyo con la victoria de Miguel Abellán ante un pobre 11% de share.
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