La otra cara de Adolfo Suárez
En vez de articular la transición pendiente en nuestro caduco y corrupto sistema, el poder político y mediático se ha empeñado este fin de semana en darnos "la matraca" con la muerte de Adolfo Suárez. Una cosa es homenajear a un pobre señor que lleva más de diez años con alzheimer y otra cosa es llevar hasta la indigestión unas muestras penosas y obscenas de pena en los medios y en el plano político.
Da vergüenza ajena el pueblo "lanar" que sufrimos; llora cuando toca llorar y balan cuando toca balar. Ahora nos toca sufrir por Adolfo Suárez, un señor al que teníamos tan olvidado como él a nosotros. Han rozado la náusea en la repetición de estúpidos y ridículos homenajes, vendiéndonos una capa de héroe que al personaje le queda muy grande.
Dos ridículas mentiras
Dos de las estupideces más repetidas en los últimos días son; "Es el hombre que trajo la democracia a España" y "Qué pena que en España no queden políticos tan honrados como él".
Lo de que trajo la democracia a España no se lo cree ni él. Adolfo fue el típico oportunista brillante, que se hizo hueco en el poder franquista, pese a su escasa inteligencia, suplida con su astucia. Después fue la marioneta perfecta para el cerebro de la transición; Torcuato. Él quería una cara amable que estaría dispuesto a partírsela por ambición personal, algo en lo que Adolfo destacaba.
El supuesto héroe salió a "gorrazos" porque le vino grande la transición y lideraba un partido absurdo y prefabricado que no podía continuar con la renovación democrática-recuerden la carta del Rey pidiendo dinero a un jeque árabe para financiar a la UCD-. Por mucho que se repita, Adolfo no trajo la democracia a España; la democracia la trajeron los que lucharon contra la dictadura y la trajo un sistema que buscó la única vía para la superviviencia de las élites políticas menos manchadas y de la oligarquía empresarial en su totalidad. Adolfo fue el títere colocado por el poder franquista para administrar en etapas la apertura de España, para molestar lo menos posible al franquismo sociológico y al ejército. Quién diga que Suárez trajo la democracia a España o es un estúpido, o es un malvado o no tiene ni zorra idea de la historia española contemporánea.
Tampoco cuela lo de que en España no quedan hombres tan honrados como él. Quedan muchos por desgracia. Y es que no podemos olvidar que Adolfo se dejó "comprar" por Mario Conde, cuando éste rumiaba que su CDS iba a convertirse en el partido bisagra, que iba a decidir entre el poder del PSOE y el del PP.
El valor de Suárez
Hay que valorar al personaje en su justa medida. Los "megahomenajes" financiados por el Estado son patéticos y no ayudan en nada a conocer su figura. Adolfo fue un hombre de provincias que logró escalar en la etapa Franquista. Luego fue "el tonto útil" del Rey, que le acabó traicionando junto a sus colegas de la UCD-partido que acabó como el Rosario de la aurora para alegría del PSOE y El País, que hoy le lloran-. Luego montó ese ridículo chiringuito llamado CDS, que recuerda a UPyD peligrosamente. Hay que valorar su papel intentando contentar a las distintas sensibilidades políticas en la transición, cosa que hizo como pudo, supo o le dejaron. Pero de ahí a que el mundo mediático le venda a las nuevas generaciones a un supuesto héroe, media un abismo.
Hay que recordar que Suárez salió del poder con tanto odio como Felipe, Aznar o Zapatero juntos. Hay que recordar que Suárez salió del poder con unas campañas mediáticas brutales en su contra-a destacar El País y Diario 16-. Y sin tan bueno era para el pueblo, no se entiende que su partido CDS solo sacara dos escaños en el 82, cuando estuvo a punto de quedarse fuera del Parlamento. Ahora España le homenajea cambiándole el nombre a Barajas, cosa que costará más de medio millón de euros.
Adolfo Suárez hunde las audiencias
Mientras las televisiones eclipsaban a las "Marchas por la Dignidad", tocaba hablar de Suárez. El viernes Antena 3 canceló la vuelta de Me Resbala para repetir una tv movie sobre su persona; solo el 7% de share eligieron esa opción, alrededor de la mitad que la audiencia media de la cadena en esa noche. Los especiales de las tres principales cadenas en la sobremesa del sábado rondaron el 8%. Es decir, que sumaron 24 puntos, cuando entre las tres suelen sumar 45 puntos-Cuatro se benefició, ya que su cine se disparó-.
El domingo por la noche la Sexta y Cuatro dejaron descansar sus programas habituales-Salvados y Viajando con Chester- para emitir dos reportajes sobre Adolfo, que marcaron un triste 6% y un triste 3%, cuando duplican habitualmente esos datos en la franja. El especial de Somoano en TVE cosechó un pobre 7%, la mitad de las películas del domingo noche en La 1.
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