Suspiros de España

Con extrañeza y mucho ruido se recibió en las redes sociales la visita de María José Campanario a El Hormiguero de Pablo Motos. El presentador valenciano ya entrevistó hace unos días a Kiko Rivera, con lo que la deriva del programa queda más que en evidencia.

Antena 3 por un lado critica a Telecinco por ser la televisión del famoseo, pero por el otro se aprovecha de los famosos con entrevistas a personajillos como la de ayer. Gente que no ha empatado con nadie-"Yo no canto, no bailo y no pinto", admitió la señora de Jesulín anoche-.

Al final en la parrilla de Antena 3 anida con hipocresía similar "morralla" y cada vez es más frecuente encontrarla en esa pocilga familiar que regenta Pablo Motos, entre infantil, egocéntrica y patética.

Como Pablo no sabía de qué preguntar, le interrogó cual verdulera por el inicio de su relación con el torero y esta se soltó con sus inicios del amorío, interrumpida por el ego de Motos, que siempre intenta ligar con las invitadas para creerse el Adonis que nunca ha sido. "Yo ya no veo programas del corazón, lo he pasado muy mal", admitió María José. Después con taconazo y escotazo soltó una ridícula anécdota escatológica; "La pasada semana estaba en un restaurante y entré a hacer pipí al baño y se me cayó un pedete". Increíble. Encima la Campanario parece que está aprendiendo de las clases de interpretación de su marido en Torrente 5, porque entre "caretos" y gestos raros no dejó de estar más sobreactuada que el personaje de Estela Reynolds.