La hora de reivindicar a Arús

Uno de los mejores talentos para el mundo de la comunicación en las últimas tres décadas en España es sin duda Alfonso Arús. Aquel chaval que empezó en una radio ilegal de Sitges-cuya sede era una cochera- fue madurando en los ochenta hasta que su amigo Jorge Salvador-de familia pudiente- alquiló una franja horaria en una radio local catalana para un proyecto que luego se llamaría Força Barça, es decir, la retransmisión de los partidos del Barcelona con mucho humor.

Luego vino el éxito en la radio nacional con sus peculiares morning shows y el exitazo de la televisión con el mítico Vídeos de primera. Dejó el exitazo para hacer lo que le gustaba; un show freak. Y de mítico a mítico llegó Al ataque. Después vendría El Chou y varias escaramuzas entre TVE-con un breve periodo nacional-, TV3-con sibilinos e hipócritas vetos sobre los contenidos rosas- y 8TV, cadena donde se ha asentado fuera del infierno de las cadenas nacionales.


Arús reinventó la tertulia futbolera, introdujo del humor en el mundo del corazón, importó la fiebre del vídeo casero y el zapping, narró imitando a García los goles del Barça, aderezó de humor negro las mañanas de las radios musicales y hasta hizo un hueco para descubir a freaks.

La influencia de Arús en los medios de hoy es indudable. Ahí tenemos las tertulias deportivas de medianoche, de las que Alfonso es padre fundador con El Rondo, exitoso programa de TVE en Catalunya que fue adaptado a La 2 hasta que las presiones sindicales lo apartaron-luego Arús arremetió contra la pública por publicar resultados falsos sobre las audiencias del programa-.
Arús no adaptó el análisis que se le hace al deporte en el mundo del deporte. Inventó una noche deportiva gritona, estridente y de bufanda. Ahí están El Chiringuito, Tiki Taka o Punto Pelota como mejores ejemplos.

Tampoco se pueden evitar las comparaciones del universo Arús con Zapeando, tertulia clon de la que hace desde hace más de una década el comunicador en Catalunya. Encima que Atresmedia le plagió "La Teletulia", prohibió a esta sección nutrirse de imágenes de su grupo.

También en el exitoso plató de Crónicas Marcianas, el espíritu de Arús revivía. Ahí estaban Jorge Salvador-número dos de Arús en la radio de los ochenta- o Javier Cárdenas, su cuñado. Este elaboraba una sección de caza de freaks que fue inventada en Al ataque. También parte del equipo de Buenafuente ha trabajado para proyectos de Arús; Fermí Fernández, Oriol Grau y hasta el propio Andreu se estrenó en televisión con Alfonso.

También podemos notar influencias de Alfonso en el mundo del corazón-desde las entrevistas a famosos, años antes del nacimiento de Tómbola, a la mezcla de humor y corazón que popularizó Aquí hay tomate-, en el mundo de la radio-ahora con Levántate y Cárdenas y Mas Morning 80 como torpes herederos de ese universo- o en programas tan exitosos como Crackovia, de TV3-evolución natural y profesionalizada de aquel amateur Força Barça, donde las caretas, el croma y la imaginación suplían como podían aquella flagrante falta de medios-.

Su prodigio a la hora de crear peculiares atmósferas tampoco nos debe nublar que Alfonso es uno de los fundadores de la telebasura que hoy conocemos, pero hay que admirar su televisión entretenida, delicosamente superficial y abarrotada de humor negro.