Huele a final copera entre Real Madrid y Barça



El Real Madrid mandó, dominó y goleó en su partido de este miércoles contra el Atletico de Madrid. Los fantasmas de las dos últimas derrotas contra el conjunto colchonero se borraron muy pronto con una salida en tromba, con una intensidad desconocida en la etapa Ancelotti y con un buen centro del campo que dejó sin efecto el eterno dominio del equipo de Simeone en esta franja del terreno. En el cuadro blanco hay que destacar el partidazo de un consagrado Jesé; estuvo rapidísmo, vibrante y encima remató el partido con un golazo a pase de Di María.
Encima el Real Madrid tuvo esa dosis de suerte que desequilibra este tipo de partidos, con los goles de rebote de Pepe y Di María. También la tuvo cuando Modric sacó el 2-1 bajo palos cuando se colaba y a la jugada siguiente llegó el tercero, que sentenció el partido y casi la eliminatoria.

El otro partido lo vimos por las repeticiones de Canal +; duelo infame, agresivo y trabado donde destacaron en las cloacas Arbeloa, Pepe, Raúl García y Diego Costa, este último anulado entre enganchones y piques-encima no jugará el partido de vuelta por acumulación-. En estas jugadas arbitro se hizo el sueco o el inglés y se guardó en el bolsillo rojas y penaltis.

Por último hay que destacar que Bale se cayó a última hora de la convocatoria. El rendimiento del jugador galés está siendo decepcionante en lo que va de Liga; entre sus repetitivas y misteriosas lesiones-se lesiona más que Robben- y entre que no entra en juego, el fichaje está resultando decepcionante. Y encima tiene detrás a Jesé pidiendo minutos con un rendimiento brutal.

Cuando las aguas bajan revueltas en Can Barça...

Cuando las aguas bajan revueltas por Can Barça aparece el Villarato. Tras cuarenta minutos de dominio sin premio del Barcelona y rápidos y peligrosos contragolpes de la Real, el árbitro marcó el partido. Primero no señaló penalti y expulsión de Mascherano a Carlos Vela y en la jugada siguiente tras el gol de Busquets sacó una incomprensible roja a Íñigo Martínez. En la segunda parte un ridículo autogol de Zubikarai dio ventaja a este Barça que no juega a nada y que en defensa hace aguas porque no pueden fichar a un central de garantías, quizás porque con Neymar se gastaron dinero de más. Ya el público blaugrana ha dejado de creer en este equipo; anoche acudieron al Camp Nou 38.000 personas en una semifinal de Copa. Lamentable.


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