El padre de Lorena Gallego suelta que su hija "mantenía relaciones" con Paco González y echa parte de culpa de lo sucedido al locutor



Pasión, locura, obsesión. Esta historia no es el remake patrio de Atracción Fatal, ese filme de Adrian Lyne que hizo retorcerse en su butaca a más de un marido infiel. Éste es el relato de la improbable amistad entre el faraón de la radio deportiva, Paco González, y su fan número uno, Lorena Gallego, una pucelana que emuló los pasos del personaje interpretado por Glenn Close para intentar quitarle la vida a su hija María y a Maite, su esposa y el obstáculo para cumplir su sueño imposible: ser la mujer del periodista y gozar de una vida entre canutazos y zonas mixtas.

La imposibilidad para alcanzar su amor y dinamitar el nido conyugal de la estrella llevó a Lorena a contactar primero con unos sicarios para que atentasen contra su mujer y ya el miércoles a perpetrar un maquiavélico plan para llevarse por delante su vida junto a su pareja Iván Trepiana. Pertrechados de cuchillos, grilletes, dos pistolas simuladas y almohadones con la foto de González, los jóvenes asaltaron el coche de los familiares de González en Boadilla del Monte (Madrid). Tan sólo la valentía de las víctimas y la colaboración de un empleado de una perrera le salvó la vida a Maite y a María, que están fuera de peligro a pesar de recibir varias puñaladas.
La madre, destrozada

Un día después de conocerse la identidad de la ideóloga del brutal ataque, que hoy pasará a disposición judicial tras negarse a declarar ayer, el municipio vallisoletano de Laguna de Duero se despertó con una lluvia gruesa que fue incapaz de apagar el incendio mediático generado por una de sus vecinas.

Hasta esa ciudad dormitorio se mudaron los Gallego-Fernández hace diez años para huir de la especulación urbanística pucelana. Allí compraron un confortable piso cuyas persianas permanecían el pasado jueves bajadas a cal y canto. En su interior permanecía en estado de shock la madre de Lorena que, en compañía de su nuevo novio, quiso guardar un sepulcral silencio. Enmudecida, llegó a llamar a la Guardia Civil ante la presencia en su portal de LOC. No tardó en solicitar su baja por depresión al hospital clínico donde trabaja en Valladolid. Ni ella ni su ex marido, que actualmente reside en Valencia, daban crédito a lo ocurrido el pasado miércoles en la localidad madrileña donde la familia González residía desde hacía años.

No se creían que su única hija hubiese urdido una trama para secuestrar a la esposa del periodista y matarla en un descampado. «No me lo puedo creer, es incapaz de cargarse a una mosca. No sé que le habrán metido en la cabeza, qué le habrá dicho ese Paco González para que se enamore de esa manera y haga algo así», comentaba a este suplemento su padre José acerca de su hija, «una chica retraída e inexperta» en amores reales. Una opinión inculpatoria propia de un padre.
Fantasías con Míchel Salgado y Roberto Carlos

Lo cierto es que Lorena Gallego nunca tuvo un ligue de campamento de verano. Ni siquiera un amigo al que devolverle los toques antes de que irrumpiese la era Whatsapp. Ella vivía, según sus allegados, en un universo irreal, en una fantasía repleta de jugadores de fútbol, hooligans y periodistas deportivos. Primero fue de laterales ofensivos y aún con dientes de leche ya colgaba pósters de los carrileros madridistas Míchel Salgado y Roberto Carlos. Después, el mediocampista de la Real Sociedad y defensor de los presos de ETA, Mikel Aramburu, se convertiría en su gran debilidad hasta que una tarde de hace tres años conoció a «su Paco», como se refería al locutor delante de familiares.



La mujer se había enganchado al conductor radiofónico desde sus últimos latigazos en Carrusel Deportivo y fue unas de esas miles de radioyentes que le siguieron junto a Pepe Domingo Castaño y Manolo Lama a la Cadena Cope después de la purga interna en la Cadena Ser. Era tal su grado de excitación al escuchar su inconfundible voz que su padre, un comercial de placas fotovoltaicas de Gas Natural, decidió mover hilos para darle una sorpresa a su vástaga: seguir en vivo y en directo el espacio Tiempo de Juego desde los estudios de la Cope en la calle Alfonso XI de Madrid. Maldito fue el día.
El padre de Lorena señala a Paco González

Aquella jornada conoció a Paco González y se quedó absolutamente prendada. Se olvidó de sus fantasías con futbolistas y puso en su punto de mira sentimental al periodista. Ya no tenía otra meta en la vida que conseguirle. Costase lo que costase. Y sólo lo quería para ella. Su vida comenzó a girar en torno a Paco González y comenzó a plantarse en Madrid con bastante frecuencia. Al principio acompañado de un amigo aquejado de cáncer y ya después en solitario. Fue entonces cuando supuestamente comenzó a ganar feeling con Paco González.

«Habrá ido en los últimos tres años, entre 90 y 100 veces. Era su ilusión, acabar el trabajo y salir pitando para Madrid a ver su amado Paco González. Hasta el guardia jurado de la Cope le conocía por su nombre», cuenta José Gallego, que recuerda cómo su «niña» llegaba a Valladolid «a las siete u ocho de la mañana y se iba directa al trabajo después de una noche de juerga mano a mano con Paco González». De estos supuestos y esporádicos encuentros no hay pruebas.

Fuentes cercanas al locutor reconocen que Lorena solía acudir al estudio de 'Tiempo de Juego', aunque coinciden en que su obsesión con Paco González era máxima. "Le traía kilos de pasteles, colonias e incluso un álbum fotográfico con la historia periodística de Paco", comentan desde el entorno del presentador del programa de Cadena Cope.

El padre afirma que ella decía que en ocasiones salía con el periodista a solas, que tenían relaciones y que el periodista se había acercado a Valladolid a verla. Pero no existe ninguna prueba de que esto sea cierto.

Sin embargo, el padre de Lorena acusa a Paco González de haber estirado la cuerda aún reconociendo «la burrada» cometida por su hija. «Está claro que si iba tanto al programa era con su consentimiento porque ahí no entra cualquiera. Además, Paco se debería haber dado cuenta de que no estaba bien y tendría que haberse puesto en contacto con sus padres», lamenta el progenitor. Éste ha contratado al abogado José Antonio Moreno que defenderá a su hija sobre la base de que sufrió «un trastorno mental», según confirma el letrado a LOC. José Gallego insiste en que Lorena llevaba una «vida modélica» antes de conocer al locutor. Ella es la acusada de esta película. La que agredió a cuchilladas a una mujer y a su hija.

Lorena era una chica de notable y se sacó con éxito el módulo de higienista dental en el instituto de las Salinas de Laguna de Duero, lo que llamó la atención de una clínica dental. Allí duró unos tres años hasta que «se cansó», según cuenta su padre, por su bajo salario y fue contratada por la franquicia Vitaldent de Valladolid, un trabajo que le reportaba 1.200 euros.
Depresión y trastorno

Lorena acudía a su empleo con la ilusión de que llegase el sábado para marcharse a Madrid para ver a su Paco. «Cogía y se iba para allá sola», dice su padre que comenzó a ver cómo su hija se fue metiendo en una espiral obsesiva. En Facebook uno de sus estados de febrero de 2011 reflejaba su pasión por Paco González. «Pensando en ti...aunque sea una locura», comentaba en su wall.

Fue hace más de un año cuando el locutor decidió cortar por lo sano tras entender que su supuesta amistad con Lorena se le iba de las manos», según relata el padre. Éste asegura que fue entonces cuando su hija comenzó a deprimirse, a encerrarse en sí misma y a no probar bocado. «La veía muy mal por Paco. Yo le intentaba abrirle los ojos, le trataba de hacer ver que ese hombre no era para ella. No hubo manera y le dijimos que tenía que ir al psicólogo, pero se negó», comenta José Gallego. La vallisoletana dejó de tener movimientos en Facebook y su vida se empezó a convertir en un misterio incluso para sus más allegados, preocupados por su preocupante devenir.

Lorena no escondía sus demonios internos ni a plena luz del día. «Le daban vaivenes, se ponía a chillar por la calle y no estaba bien», recuerda Nacho, camarero del Mesón Rueca donde el jueves la noticia fue trending topic entre cocido y cocido.

Desquiciada por la negativa de González a verla, la joven contactó con un sicario búlgaro para darle un susto. El locutor comenzó a recibir cartas intimidatorias que le llevó a denunciar estas amenazas en octubre ante la Guardia Civil, que llegó a detener al búlgaro pero no pudo implicarle en este truculento caso. «Le decía que o dejaba a su mujer o le enviudaba», comentan desde el entorno del locutor.

Mientras cocinaba su venganza contra el periodista, Lorena se refugió en Iván Trepiana un donostiarra de 30 años que trató sin suerte devolverle la sonrisa. «Estaba muy enamorada de ella y se la llevaba a ver los partidos de la Real Sociedad. Estaban juntos pero ella seguía pensando en Paco», dice el padre, que le llegó a recomendar a Iván que dejase a su hija porque no le quería.
Feliz antes de perpetrar el ataque

Era tal la admiración de Iván hacia Lorena que el vasco aceptó ayudarla en su plan para recuperar el cariño de González y, por tanto, tiraba piedras contra su propio tejado. La joven soñaba con una nueva toma de contacto y se hizo una ortodoncia de 2.200 euros que pagó al contado para sorprende el presentador de Tiempo de Juego. Ella comenzó a prodigarse de nuevo por Madrid y a vigilar los pasos de la familia de González. Mientras, no perdía su pasión por los musicales y asistió hace una semana a El Rey León. En su entorno familiar nadie conocía sus perversas intenciones. De hecho, horas antes de su ataque, la agresora le mandó un whatsapp a su padre con una cara alegre. «Espero que haya encontrado a otro y se haya olvidado de Paco», le susurró el padre a su pareja. Desgraciadamente no fue así.
Análisis del psiquiatra Kajuro Tajima

El delirio erotomaníaco o «erotomanía» es un tipo de trastorno delirante crónico o «paranoia» que estaría incluido dentro de los trastornos psicóticos y en el cual el paciente tiene la convicción de ser amado por alguien que a menudo ocupa un estatus social superior al suyo. Es un trastorno psicótico más frecuente en mujeres, y el delirio suele surgir de un conflicto psicoafectivo.

La peculiaridad de esta forma de psicosis está en la estructuración del delirio y en el funcionamiento sociolaboral aparentemente normalizado que mantienen estos sujetos, impresionando de una aparente normalidad en su vida, en otras palabras. El delirio se presenta como lógico, pues muchas veces puede partir de alguna situación real. Esta apariencia lógica puede hacer que sea creíble o contagioso para otras personas.

Clínicamente se basa en una interpretación errónea de signos de amor en la otra persona, habitualmente suele darse con un artista famoso, alguien de la realeza o de la política, generalmente gente con la que en muchas ocasiones no han tenido contacto de ningún tipo, aunque en algunos casos puede darse con personas con las que han tenido trato por alguna cuestión casual, como por ejemplo un médico, un abogado o un famoso.

Para estos sujetos todo son señales de amor de la otra persona y el peligro está en que de la esperanza del amor se pase al desprecio o la agresividad. Pueden interpretar que para que la supuesta relación amorosa pueda seguir existiendo deban desplazar a las personas que interfieren en su relación, como parejas, familiares, esposas o hijos. 
 
Vía; LOC

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