Surrealismo en el cierre de Canal Nou; siete horas de espera con emisión de madrugada, una entrevista a un técnico cortada por la Policía, la radio dijo adiós y Paco Telefunken




Un "golpe de estado mediático" ejecutado "con nocturnidad y alevosía". Así ha relatado en directo esta madrugada el periodista Frederic Ferri el apagón de la radio pública valenciana y la toma por la Policía Nacional de las instalaciones de Canal Nou, la televisión autonómica, cuya señal estaba previsto que se cortará de manera inmediata poniendo fin de esta forma a casi un cuarto de siglo en antena. Sin embargo, el apagón se está haciendo esperar. Los trabajadores de la Televisión Valenciana llevan siete horas y media protagonizando una programación especial, en la que están narrando en directo un cierre de las emisiones que se espera desde la medianoche y que, esta mañana, todavía no se ha producido.

La Policía bloquea la entrada de RTVV

Por otra parte, Ràdio Nou ya es historia. Alberto Fabra ordenó cortar la pasada medianoche la señal de la emisora, y se espera que en las próximas horas se produzca el apagón de Canal Nou, el primero de una televisión autonómica en España. El cese de las emisiones radiofónicas se produjo sólo unas horas después de que el presidente de la Generalitat nombrase, a última hora de la tarde de ayer, al triunvirato de liquidadores que procederá a disolver la cadena y poner en la calle a sus casi 1.700 trabajadores.

La policía tomó de madrugada la sede de la radio pública, en el centro de Valencia, y las instalaciones de Canal Nou en Burjassot, a las afueras de la capital, donde buena parte de la plantilla permanecía atrincherada precisamente por temor a una desconexión inminente. Al conocer la noticia, otros muchos trabajadores se dirigieron a Burjassot con la intención de unirse a sus compañeros, pero los agentes les cerraron el paso. A las doce de la noche, cuando el programa radiofónico La taula esportiva (La tabla deportiva) estaba a punto de arrancar, la señal se cortó abruptamente.

El desenlace se había precipitado en poco más de 24 horas. El miércoles, las Cortes valencianas aprobaron, con los únicos votos favorables del PP, la ley que daba carta blanca a la extinción de la radiotelevisión pública. Y ayer jueves, entrada ya la noche, el Ejecutivo autonómico, reunido en sesión extraordinaria bajo la presidencia de Fabra, acordaba el cese del consejo de administración de la cadena y el nombramiento de los liquidadores.

Tras el apagón de Radio Nou, al que los trabajadores de la emisora autonómica asistieron impotentes, el fundido a negro de Canal Nou puede producirse en las próximas horas, porque Fabra y su equipo de gobierno no parecen dispuestos a prolongar la agonía de la televisión pública. Y la suya propia, que se visualiza desde esta madrugada cuando el personal que permanecía en el interior de la sede puso en marcha una programación especial que retransmite en directo la toma policial de las instalaciones y la resistencia, pacífica pero firme, de la plantilla.

En mitad de la noche, uno de los tres miembros del consejo de liquidación de Radiotelevisión Valencian presentó ante un juzgado una denuncia por ocupación ilegal para que se identificara y se desalojara a las personas que están dentro de la sede de la televisión, en Burjassot, si bien no ha sido aceptada. Los trabajadores recibieron con aplausos la noticia, y han proferido gritos de "RTVV no se cierra".

Gritos de ''golpe de Estado'' ante las cámaras

Las prisas de Fabra se justifican por que, cada día que pasa, la Generalitat debe pagar los salarios de los casi mil empleados que fueron readmitidos después de que el Tribunal Superior de Justicia valenciano anulase el ERE, y que actualmente están cobrando sin trabajar. Eso sin contar con que los informativos de Canal Nou son ahora un auténtico calvario para el PP, al que los trabajadores de la radiotelevisión pública han convertido en blanco de críticas feroces tras casi dos décadas de férrea censura, primero durante el mandato de Eduardo Zaplana y más tarde de Francisco Camps.

Los liquidadores, escoltados por la policía

Radio Televisión Valenciana (RTVV) ya está muerta, pero falta por fijar cómo y cuándo será el funeral. De eso se encargarán el interventor de la cadena, Antonio Hervás, y los abogados Pau Pérez y Carlos Cervantes, designados ayer apresuradamente por el Ejecutivo de Fabra. Los tres liquidadores se presentaron a las 2 de esta madrugada en las instalaciones de Canal Nou, escoltados por la policía, para proceder a la desconexión de la señal. Pero un nutrido grupo de trabajadores se lo impidió.

Esos tres liquidadores deberán ahora abrir un periodo de negociaciones con el comité de empresa, que se prolongará durante un mes, para pactar un nuevo ERE, esta vez de extinción. El éxito de esa negociación dependerá en buena medida de la generosidad de la Generalitat a la hora de fijar las indemnizaciones de la plantilla.

Las trabajadoras de limpieza denunciaron la ''dictadura''

En el primer Expediente de Regulación de Empleo, sellado en 2012 y tumbado luego en los tribunales, la Generalitat ofreció a los afectados el mínimo legal: 20 días por año trabajado. Fabra sabe que esa propuesta sería ahora rechazada de plano por el comité de empresa, pero está por ver si tiene margen de maniobra para subir la apuesta hasta 45 días de indemnización, teniendo en cuenta que la radiotelevisión autonómica ya acumula una deuda de 1.200 millones de euros, que ha sido asumida por la Generalitat. Sólo en 2012, Canal Nou tuvo un agujero de casi 180 millones.

El tiempo corre en contra de Fabra. Pero el president no quiere volver a cometer los graves errores que dieron lugar a la sentencia de nulidad del anterior ERE. La Generalitat está ahora obligada a llegar a un acuerdo con los más de 1.600 trabajadores que sea satisfactorio para ambas partes. De lo contrario, se arriesga a que la plantilla recurra el expediente de extinción ante los tribunales y éstos le den otro revolcón. Un escenario de pesadilla para un Fabra cuyo liderazgo está muy debilitado, y a quien las encuestas auguran una derrota casi segura en las elecciones autonómicas de 2015.

El Confidencial.

Ver vídeo de la entrevista al técnico
Ver vídeo de Paco Telefunken, "el hombre que se dedica a apañar teles".

1 comentario:

  1. Lo surrealista es que los "indignados" y "pepero-flautas" que quedaban en "CANAL 9" hablen de "golpe de estado", o sea, los mismos que no dudaron en ponerse al servicio de "la causa pepera" (a cambio de buenos sueldos) y que no movieron un dedo por los auténticos trabajadores con motivo para indignarse.
    Ni los trabajadores de "CANAL 9" que quedaban, como tampoco los que quedan en "TELE-ESPPE" (la próxima que caerá, en meses), son inocentes de nada. Que quieran manipular a la opinión pública es una cosa; que nos consigan engañar a quienes estamos trabajando en el sector... no cuela.
    Nos conocemos todos y sabemos de qué pie cojeamos cada uno y tooooooodo el mundo que trabaja en los medios sabe que quienes ahora van de "víctimas" arrastran, directa o indirectamente, un laaaaaaargo historial de actos propios de "verdugos".
    En este país de memoria frágil y líquida, poca gente recuerda que hasta el martes 5 de noviembre, cuando por la noche Fabra decide cerrar para no aceptar a los 1.100 trabajadores (estos sí, los auténticos y las verdaderas víctimas), el último telediario de ese día continuaba sin informar del juicio al "padrone" Fabra como tampoco habló de la privatización de varios ambulatorios que Alberto Fabra (alias, "prefiero cerrar CANAL 9 que un hospital") regaló a un par de empresas privadas.
    En "CANAL 9" no quedaban víctimas (salvo contadas y honrosas excepciones, que ni llegaban al 1% de la actual plantilla): sólo VERDUGOS.

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