Volvió Jordi Évole con la novena temporada de Salvados, que ha pasado de ser una macarrada o una gilipollez en el universo Buenafuente a convertirse en un referente de actualidad en esta España de crisis. Lo han conseguido con unos reportajes valientes y brillantes y unas entrevistas sublimes.
Évole arrancó con una entrevista a Pérez-Reverte; sobrio novelista, maravilloso articulista y provocador demagógico en las redes sociales.
Arturo en la entrevista, al igual que hace siempre, abusó del virilismo, de la violencia verbal, del taco, de la demagogica populista con una pátina de historia y cultura...
Entre las frases más destacadas del escritor me quedo con dos. La primera es: "Los españoles queremos que pase la crisis para seguir haciendo lo mismo que en el pasado; meternos en hipotecas, comprarnos un coche....". Esta es la realidad; ahora estamos combativos porque tenemos el bolsillo vacío. Jordi en su visita a una asociación vecinal preguntó si antes de la crisis habían acudido a ella y todos respondieron con un "no". La segunda frase de Arturo es la siguiente: "Los políticos españoles son síntoma de nuestra ciudadanía; ambiciosos, analfabetos...".
Estas fueron algunas de sus frases más brillantes;
"60.000 hogares sin ingresos en España, tres millones de personas viven con menos de 300 euros al mes, la tasa de pobreza supera el 21%, casi seis millones de personas sin empleo y con un paro juvenil que supera el 56%".
"Cuando miras a tu alrededor te tienes que indignar y entristecer, y sobre todo por la situación de impotencia, de ver que a veces no hay nada que se pueda hacer".
"En otros tiempos, cuando las cosas iban mal, había ideologías que sostenían los ánimos. Ahora no hay líderes y la sociedad está indefensa. No hay una acción coordinada común ni una revolución que permita cambiar las cosas".
"Vivimos en un mundo con demasiados mecanismos de anestesia".
"Hemos estado callados, sabíamos que estábamos viviendo en un mundo irreal. Ahora la gente quiere que pase la crisis para hacer aquello que hacía antes: comprarse otro coche o irse a Cancún de vacaciones. No va a cambiar nada".
"Perdimos dos ocasiones de oro, en el Concilio de Trento y en la época de la Revolución Francesa".
"En España somos más reaccionarios. Somos furibundos y violentos. Somos de trinchera, y aún más de barricada. El español es muy consecuente con sus odios y con sus amores; sobre todo con sus odios".
"Les estás dando un motivo, una razón, una causa por la que luchar, y se están creando generaciones independentistas, y es un proceso históricamente lógico. Lo que siento es que estas cosas no se hagan en toda España".
"Cuando vi surgir el 15-M pensé que había héroes todavía. Me ilusionó mucho al principio. Pero al cabo de pocos días empecé a ver cómo cambiaba, como el demagogo llegaba, y el populista y el bruto sustituían al listo y al clarividente".
"La aristocracia actual es la clase política, es una casta con privilegios, intocable y que se protege a sí misma, ya que se insultan en el Parlamento, pero cuando están en el salón del Palace se llevan todos de maravilla".
"Las élites económicas y políticas son los mismos. Vales igual para ministro del Interior que para consejero del Santander o de CaixaFórum".
"Aunque no siempre hay soluciones, pero hay mecanismos, intentos, posibilidades, vías y aventuras, pero soluciones..."
"La parte positiva de esto es que si la crisis dura bastante para ser agónica, saldrá un hombre nuevo, pero hará falta una generación nueva, con niños educados de otra forma, en la austeridad... Y ese hombre nuevo será mejor, sin duda, porque tendrá la certeza de que el desastre está ahí y habrá recordado que el mundo es un lugar peligroso".
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