Las brujas de Zugarramurdi




Me encanta visitar el viejo Bilbao. La ciudad industrializada, contaminada y llena de claroscuros de hace dos décadas ha dejado paso a una urbe europea, limpia y con una arquitectura para disfrutar durante horas. Incluso la estética batasuna juvenil ha sido sustituida por el pijerío, que combina a las mil maravillas con la belleza morena, serena e imponente de las vascas.

Las primeras hojas de este otoño que se avecina se deslizan por el suelo bilbaino como si este fuese una pista de frío hielo. Pero esta visita nada tiene que ver con las anteriores visitas otoñales; un verano prorrogado ha dejado en el armario guardada la ropa de abrigo y las mangas de camisa aguantan cuando muere septiembre.

En las pantallas del centro comercial a la hora de la cena ponen el último proyecto fracasado de Florentino. Y en las de la sala de cine se abarrotan los que esperan la última esperanza del cine español en 2013; Las brujas de Zugarramurdi.

Con la primera hora de film la cada vez más cara entrada ha sido amortizada. Un torrente de risas resplandece en la platea ante las situaciones cómicas presenciadas en esta obra, que sirve para rescatar el talento de Álex. Un director que ha conseguido poder sacar adelante sus obras personales sin tener que estar pendiente de los vaivenes de la industria española.

Hay que destacar las cosas buenas-casi todas- de este film; el montaje del inagotable Pablo Blanco la hace trepidante, el guion del director y su inseparable Jorge está en su punto, las situaciones divertidas combinan bien con el espanto guadianesco y hasta los más puristas nos olvidamos de la presencia protagonista de los habituales "mojabragas" Mario Casas y Hugo Silva. También en el reparto podemos disfrutar de la presencia de Carmen Maura, de Terele Pávez o de Enrique Villén. También hay algunos cameos estridentes como los de Santiago Segura y Carlos Areces vestidos de mujeres.

En esta obra hay momentos maravillosos; todo el viaje de Madrid a Zugarramurdi hubiese aguantado como una road movie low cost encomiable. Y también hay que destacar los celebres momentos del siniestro bar-donde viven de espaldas a la realidad y sobreviven catódicamente con cintas de programas antiguos de José Luis Moreno- o algún momento delicosamente sexy, como el de Carolina Bang-actual pareja de Álex- y el baile sobre la escoba llena de los venenosos jugos de sapo. O alguno tan emocionante como el clip musical con la deliciosa voz de Mikel Laboa.

También hay "peros". Sobran efectos especiales y una vez más en su carrera Álex demuestra que no sabe rematar grandes faenas, con un exceso de paranoia-con un monstruo 3D gigante y grotesco- y un exceso de metraje-sobran los últimos quince minutos-.

Por primera vez en la carrera de Álex el productor es Enrique Cerezo. Al menos con estas brujas tapa el presidente rojiblanco su decadente carrera cinematográfica, ya que ha producido algunas de las películas más casposas de nuestro cine en los últimos tiempos-La venganza de Ira Vamp, La daga de Rasputín o Desde que amanece apetece-. Como está detrás de este film este siniestro productor, la Telemadrid de su amiga Esperanza Aguirre ha puesto dinero en ella. Asi nos va.

Aun así hay que reconocer que hemos podido disfrutar del mejor De la Iglesia, como en los añorados noventa. Encima ha tenido en estos tiempos de lo políticamente correcto de "echarle cojones" y hacer una película que algunos calificarán de machista, pero que otros valoramos de maravillosa y real. Los excesos de Zapatero en el campo del feminismo-tan aprovechados electoralmente por el PSOE- han traído lodos como los que sufrimos. Los que piden igualdad real-nada de mujeres impuestas en consejos o divorcios sangrantes siempre para el llamado sexo fuerte- vemos que por fin hay alguien que deja de hacer la típica comedia de chistes fáciles sobre la gilipollez de Álex. Pero este que es muy listo nos ha mostrado a dos tontainas que se quedan sin luces en cada aparición de Carolina. La eterna guerra entre hombres y mujeres con vis cómica es asumida por el espectador como un elemento más, cuando seguramente es el principal.

2 comentarios:

  1. De este texto he sacado dos cosas, o eso creo: primera, que eres de Bilbao, y segunda, que la Bang te pone tó burro.

    ¿Y de que Florentino hablas?

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  2. No es de Bilbao, o al menos no vive allí, una de las dos cosas. Ahora, te ha quedado muy bohemio los primeros párrafos del artículo, eso no hay quien te lo quite. Te imagino en tu apple portátil, con una boina de invierno que aún no te has quitado cuando has vuelto de la calle, y con un café cortado escribiendo 7 u 8 artículos del tirón.

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