"Pipi" Estrada a degüello contra "Terelu" Campos y la intimidad de los famosos



Dicen los que conocen a "Pipi" Estrada que es un buen chico. También dicen que tiene algunos fallos evidentes-es un mentiroso compulsivo, es un mujeriego empedernido...-, pero tiene ese encanto que tienen algunas personas para caer bien "de primeras", y para sacarte una carcajada. O sea que es el típico sinvergüenza que cae bien, pese a que hace años debiera haber sido apartado del periodismo deportivo profesional-ahora solo trabaja de bufón para Pedrerol entrada la madrugada y como reportero de campo para una radio semipirata.

Todo lo contrario que "Terelu", enchufada profesional y de la que sus compañeros de Telemadrid echaban pestes por su altivez y su mal carácter.

Pero en este caso y pese a los prejuicios sobre ambos en la polémica que mantienen ambos tiene razón la hija de María Teresa. Este viernes decidió someterse al polígrafo y la obra de teatro salió perfecta; entrevista edulcorada y pelota y tertulianos sin colmillos-si volviésemos a ver lo que decían de esta petarda hace años los Matamoros, Mila e incluso Jorge Javier, alucinaríamos-.

Estrada al ver que esta se dejaba entrevistar estallaba en Twitter;

"A mi me demandó por derecho a la intimidad! Se auto-demandará la presentadora suplente por desnudar su intimidad? Doble moral"

"Esto ya es lo último a voy a decir... La presentadora suplente, a mi me reclama intimidad y habla de su intimidad... Pero a mi me castigan!"

Una cosa es ceder tu intimidad voluntariamente o por dinero o cuando te interesa y otra es que Estrada tenga derecho a escribir en Interviú unas memorias sexuales sobre sus relaciones íntimas con la citada presentadora-se dedicó durante un verano a contar cómo, a qué hora y porqué hacían sexo en pareja, relatando al milímetro escenas en baños o coches-. Lo peor para Estrada de este diario sexual es que Interviú no le pago apenas nada  y se ha tragado una condena económica que ahora mismo dice que no puede pagar.

La postura que defiende Estrada es la misma que defendían algunos vampiros del corazón, que sostenían que podían acosar o perseguir a famosos, porque algún día estos acapararon voluntariamente los focos-por pasta en el Hola o por promocionar disco, corrida o película-.
En la democracia todo no vale. Porque haya derecho a la libertad de expresión no da derecho a unas agencias a presionar a unos reporteros mileuristas a acudir a las ocho al colegio de la niña de Fran Rivera o a perseguir a 160 a "Paquirrín" para ponerle cara a su último polvo. Todos tenemos derecho a la libertad. Una cosa es que cualquier medio pueda publicar lo que le salga del bolo sobre alguien-para eso están los juzgados-, y otra cosa es que a alguien lo persigan, lo acosen o difundan su vida sexual en los medios-el único que casi se lo merece es Pedrojota, porque al frente de periódicos ha hecho cosas parecidas-.

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