Que pena de verano. Se estrena poco y malo. Decían los jefes de Telecinco que habían renovado por una segunda temporada a Frágiles por sus buenas críticas y la gran respuesta de las redes sociales-no la renovaban por su audiencia, ya que apenas pasaron del 13% de media en los primeros capítulos-.
Viendo la segunda temporada no podemos entender la renovación, pero si que lancen esta basura en verano, cuando el consumo televisivo es menor. Este pasado lunes pudimos ver una cosa dantesca; un pobre guión salpicado de topicazos y de manual barato de autoayuda y aliñado por una pobre factura técnica. Algunas escenas supuestamente dramáticas parecía algún experimento macabro del enfermo de Von Trier. Solo se salva el reparto por la crisis, no se ruedan películas y el kilo de cameo está barato-a 400 euros la sesión-.
La confianza demostrada en Santi Millán es excesiva; primero le confían un late show en Cuatro-llamado UAU! que fue un fracaso-, y ahora protagoniza este bluff-que en verano apenas llega al 10% de share-. También para Mediaset Millán ha grabado una ascensión junto a Calleja a los Alpes para el programa Desafío extremo y ha grabado junto a Roberto Heras el programa Imparables para Energy.
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