Fin de ciclo del sistema-con Pedrojota como verdugo-




Se han atrincherado en el poder. Rajoy y los suyos han decidido que están por encima del bien y del mal, que con la mayoría absoluta se pueden encerrar en el castillo sin escuchar las quejas del exterior y que pueden robar sin dejarse pelos en la gatera. Pero a todo cerdo le llega su San Martín. Y a Mariano "el inmóvil" le llegará.

La estrategia que sigue el Presidente es la misma desde hace años; "no hacer nada y esperar a que pase la tormenta". En la segunda legislatura de Zapatero, Rajoy decidió pese a ser el líder de la oposición no ejercerla. Se pasó más de un año sin dar ruedas de prensa en Génova y esperó a que la crisis se llevara por delante al socialismo. Lo mismo lleva haciendo desde que ejerce como Presidente con la crisis; ninguna medida económica estructural y mucho recorte superficial a los de siempre esperando a que la cosa mejore.

El caso Bárcenas se une a todo el descrédito que han acumulado todas nuestras instituciones, empezando por la Casa Real. Encima sirve para llenar de barro a la derecha española de las últimas dos décadas. Los Álvarez Cascos, Aznar o Arenas que tanto lincharon a Felipe González en temas como Filesa o Malesa tenían una viga en el ojo propio como estamos viendo en estos momentos.

La corrupción del PP es tan vergonzante que si estuviésemos en un país decente el Gobierno en pleno hubiese dimitido y se hubieran adelantado las elecciones. Por culpa del descrédito de los dos partidos mayoritarios vamos a un parlamento italianizado e inestable. Fuerzas populistas como Izquierda Unida o UPyD van a pescar en este caldo de cultivo.

El PP se ha parapetado en su mayoría absoluta para evitar que Rajoy comparezca a explicar la corruptela en el Congreso hasta septiembre. Y el pueblo engañado, robado e insultado. Cuando las fuerzas públicas se aprovechan de sus cargos para inmunizarse de sus actos al pueblo solo le queda una solución tarde o temprano; la violencia. Esperemos que eso no llegue y este sucio conducto no nos lleve a tener que ver una reedición de unos años inestables, que son caldo de cultivo para totalitarismos y guerras.

Pedro J. Ramírez está declarando hoy en el juzgado de Ruz. Este periodista, como no, está encantado de llenar su ego como verdugo francotirador de un sistema caduco. Él está acostumbrado de influir en el normal funcionamiento de la vida pública española; fue el enemigo número uno de Felipe durante una década, amigo de pádel de Aznar y mezcla de ambos con Zapatero, cuando se enrocó en la paranoia del 11M. Sobre el Caso Bárcenas El País se le había adelantado, pero los problemas de PRISA en los que ha ayudado Soraya han dado al traste con las denuncias del periódico líder.

También Intereconomía tuvo la pasada semana los papeles que dejaban a Rajoy a los pies de los caballos, pero se negaron a publicarlos-quizás por temor a venganzas del poder, dada su fragilidad
económica-. Y Pedrojota tiene lo que quería; dos piezas de caza mayor. Primero fue el Jefe de Estado con el caso Urdangarín y ahora caza a Rajoy como venganza personal del pasotismo de este hacia el riojano. La distancia entre periodista y político viene desde el Congreso de 2008, cuando El Mundo apoyó implicitamente a Esperanza Aguirre, que ahora se quiere convertir en la defensora del pueblo y del civismo. Curioso, cuando todo su equipo en Madrid o está imputado o está señalado por el dedo de la corrupción. La pinza Pedrojota-Esperanza quiere desestabilizar a Rajoy, para intentar escalar hacia el poder y ejercer las políticas ultraliberales de las que tanto disfrutan.
Hay que denunciar también el modus operandi de medios como La Razón, que ha pasado a ser un pasquín propagandístico que quiere salvar a Rajoy y los suyos de todo de lo que se les acusa.
El papel de Marhuenda queda en entredicho, ya que periodísticamente este señor ha muerto para convertirse en un tertuliano freak y un director bochornoso.
 
Mientras el PSOE con los problemas internos es incapaz de articular un proyecto alternativo a la extrema derecha corrupta.
Con los socialistas andaluces pensando en los ERE, los catalanes apoyando el secesionismo y los de Ferraz señalados por todos por la crisis, el PSOE debe renovarse y acercar posturas con otros partidos y movimientos sociales de la izquierda-Izquierda Unida y los rescoldos del 15M-, para encabezar una especie de Frente Popular que devuelva al pueblo su dignidad y su poder. No puede ser que los ladrones del PP, los interesados alemanes y las cloacas bancarias sigan imponiendo sus leyes dictatoriales mientras nosotros nos quedamos de brazos cruzados. Hay también que decir que la víctima-el pueblo-, tiene parte de culpa en todo esto; gente corriente que ahora pasa malos momentos ha tenido culpa de lo que les pasa. Ningún banco ha apuntado con una pistola a nadie para hipotecarse durante tres vidas y prometiéndole trabajo eterno. También el pueblo ha apoyado a gentes corruptas como Camps, Matas o Gil, a los que se les veía de lejos el choriceo. Ahora que cada palo aguante su vela.

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