Vida y muerte de Antonio Herrero



Ayer dos de mayo se cumplían quince años de la muerte del locutor Antonio Herrero. En esRadio Luis Herrero y Jiménez Losantos le rendían homenaje en el programa del primero, con un programa lleno de recuerdos y sonidos del archivo de COPE y con alguna ausencia significativa como la de José María García-distanciado de estos dos periodistas desde hace años-.
Antonio murió mientras practicaba submarinismo, ya que se ahogó en su propio vomito de sangre, ya que padecía una úlcera en el estómago. Muchos entonces lanzaron la teoría de la conspiración que decía que los servicios secretos españoles se lo habían cargado por ser un hombre molesto, primero con Aznar al que había ayudado a llegar al poder para después ponerse crítico con él-luego el  entonces Presidente tuvo la falta de elegancia de ausentarse en su funeral- y segundo porque él sabía mejor que nadie los secretos de Bárbara Rey con Su Majestad, ya que este era vecino de la vedette y esta se pasó a su casa con el cuento y unos vídeos íntimos.
Para contextualizar el momento no hay más que leer el comienzo del libro de Jiménez Losantos De la noche a la mañana, en el que relata en su primer capítulo la noche anterior al suceso en Moncloa, con Aznar dejando caer que va a ir a por él por sus posiciones contra él y le pedía complicidad a Federico y a Luis-Pedrojota esos meses estaba en estado de shock con la difusión de su vídeo sexual-.

Antonio fue lanzado a la fama por Manolo Martín Ferrand en Antena 3 Radio-muchos dicen que este lo odiaba y que le colocó a las seis de la mañana para castigarlo y no porque creyera el éxito a esas horas-. Su programa El primero de la mañana se colocó entre los más oídos de la radio con mucho mérito, ya que tenía enfrente a dos figuras consagradas de la radio; Iñaki Gabilondo y Luis del Olmo. Tras la compra de PRISA de la entonces cadena de emisoras más escuchada de España Antonio se fue con García a COPE en el año 92-eligieron la emisora de los obispos pese al precontrato de García con Onda Cero porque Miguel Durán vetaba la llegada de Antonio-.
Para conocer otro prisma sobre este controvertido comunicador hay que leer En vida de Antonio, escrito por Luis Herrero, en el que ponía a Antonio como un mujeriego incontrolado y libro en el que cuenta que tenía pensado en el momento de su muerte dejar su vida de pareja con su viuda, Cristina Pecker. Sonaba a venganza ya que Cristina había denunciado años atrás a Luis-que ejercía de albacea- con un escándalo morrocotudo;

  La viuda, Cristina Pécker, denunció a Luis por estafa, falsedad en documento público, apropiación indebida y varios delitos societarios. La viuda, contra el albacea, el amigo del alma de Antoñito, su sucesor en la COPE.  Cristina Pécker sostiene que Luis se ha beneficiado indebidamente del patrimonio que acumuló Antonio. La venta del paquete de acciones de la cadena católica estaba valorada en 139 millones para la viuda e hijos, pero Cristina afirma que sólo ha recibido 46. Por medio anda una hermana del difunto, Lourdes. En el negocio que le facilitó al irreprochable periodista Antonio Herrero el alcalde incorrupto Gil y Gil, la viuda reclama por la venta de más de cincuenta apartamentos 1.400 millones que, según ella, habrían volado a las arcas de Luis Herrero. Conductas ejemplares, periodistas forrados que exigen –Antoñito exigía, Dios le haya perdonado- honestidad y transparencia a los ladrones de la rosa y el puño. Modélicos comunicadores, gente sencilla, gente normal, como Jose.

 Al moderado Luis no es la primera vez que lo apuntan con el dedo por sus mezquinos comportamientos personales; Pilar Urbano escribió en un libro que en su corta etapa como director de Mediterráneo-él mismo ha reconocido que enchufadísmo por los contactos de su padre, Ministro de Franco y fallecido en accidente de tráfico- promovió portadas en favor del golpe del 23F. Y tampoco es la primera vez que por sus libros recibe calificativos de traidor, como pasó con la publicación de Los que le llamábamos Adolfo-biografía de nuestro primer Presidente-, que recibió una sonora queja de sus hijos por todos los trapos sucios que destapaba-entre otras cosas amantes varias-.
Pero a lo que íbamos, Antonio tenía un estilo populachero y guerracivilista-importado de SuperGarcía- que tenía una legión de fans-entre millón y medio y dos millones de oyentes diarios-.
Su vida personal también fue turbia desde su pelotazo marbellí con Jesús Gil-que tenía amistad con las tres estrellas de COPE; Antonio, Encarna y García y a los dos primeros les ayudó a conseguir sus chalés-. La construcción/pelotazo ilegal-años después fueron condenados varios concejales por este hecho, entre otros Julián Muñoz- fue muy criticado por algunos medios progresistas.
No fue el único disgusto en el último año de vida de Antonio, ya que el PSOE lo había vetado por haber tenido la ocurrencia de comparar a Rosa Conde-entonces portavoz del partido- con Monica Lewinsky. Sus excesos siempre le pasaron factura.
A su favor hay que decir que fue un incansable defensor de las víctimas del terrorismo y un batallador crítico con el abuso de poder-tanto del PSOE como del PP-.
Sus supuestos herederos de esRadio deberían aprender de él su pluralidad en las tertulias y su carácter ganador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario