Héroes de su tiempo -"La muerte de Carrero Blanco"-.



'TVE' estrenó "El asesinato de Carrero Blanco" en prime-time. O reestrenó. Porque llega siete meses después del estreno "real" en 'ETB'. O sea que 'TVE' pone la pasta y las autonómicas le comen el terreno.
El problema es el caos que reina en el ente desde la llegada del PP, tanto en informativos -ya no saben que hacer en el "Telediario" de las 9 de la noche- y en ficción. Han dilapidado la maravillosa herencia socialista en cuanto a series. No quieren estrenar nada en 2.012 para que no les hunda el balance anual.
Quieren hacer como que recortan, pero lo único que han recortado ha sido "Amar en tiempos revueltos" -demasiado socialista para ellos-, pero la piensan reponer el próximo mes para que levante las sobremesas y para torpedear la nueva etapa en 'Antena 3'.
"Cuéntame cómo pasó", "Águila Roja", "Gran reserva" o "Los misterios de Laura" llegarán en 2.013, un año sin los millonarios gastos de las Olimpiadas que lastran las cuentas.




"El asesinato de Carrero Blanco" recrea la preparación del mismo por parte de un comando de ETA.
El mediocre Miguel Bardém -con "Mortadelo y Filemón 2" como mayor éxito- dirige a un reparto brillante -donde destaca el imponente José Ángel Égido o Unax Ugalde-, respaldado por un guión irregular y nada crítico con el sucesor de Franco.
En la miniserie -emitidos dos capítulos en una noche- se da pábulo a la tesis del franquismo, que siempre ha acusado a algunos servicios secretos extranjeros de participar en el atentado -la CIA principalmente-. Que los americanos estaban al corriente de los hechos sucedidos es seguro. Unos documentos desclasificados en 2.008 confirman la sospecha. Otra cosa es que uno de los principales apoyos del régimen franquista ayudaran en la logística a la banda etarra.
Hablando de tesis sin confirmar, ¿por qué no incluyeron la tesis de que fueron gentes del propio franquismo los que ayudaron al atentado? -como en el atentado de Herrero Tejedor-. También se hace para desdeñar y no dar importancia a su oponente -ETA-. Millón y medio de euros provenientes de fondos públicos merecían mejor resultado y mayor rigor.
Para rematar la noche, la pública emitió un documental -"Carrero Blanco, el consejero fiel"- donde obviaban los puntos oscuros de su carrera -como miembro del núcleo duro del bunker-. Hay que escuchar a los que saben y García de Córtazar como buen historiador de extrema derecha le lavó el culo al régimen.
En la película nos venden a la banda de "Argala" como unos delincuentes vulgares. Ahora que nos encontramos en el mayor periodo democrático en España podríamos aprovechar para homenajear a un grupo de valientes, que se jugaron la piel por defendernos -defenderse- de la dictadura.
Ya sé el rollo de siempre, un grupo criminal que ha provocado 1.000 muertos. En democracia es difícil defender estos hechos. Pero contra una dictadura fascista que provoca un millón de muertos, que te prohibe hablar tu idioma, defender tus ideas o simplemente existir, la violencia es la última salida. Es legítima.
Es el derecho de todo hombre a defenderse contra un grupo aun más terrorista -el Franquismo- con sus mismas armas -siempre son insuficientes-.
O sea que todos los asesinatos provocados por esta banda en democracia son lamentables, pero en esos años de plomo del facherío, meterle 1.000 kilos de explosivo a un tipejo meapilas, que preside un Gobierno que firma sentencias de muerte es heroico. Y en la película no lo saben valorar.


Un tipo que se juega la vida para defender la democracia de todos es un héroe. Igual el famoso "Argala" -lo mató un grupo de extrema derecha en el aniversario de la muerte de Carrero- hubiese evolucionado a posiciones democráticas como muchos de sus compañeros .
Cuando los "socialistos" no existían como oposición, cuando los famosos comunistas lo más que hacían era imprimir pasquines revolucionarios y correr delante de los "grises", esperando una dictadura soviética aun más feroz, un grupo de valientes se la jugaron a cara descubierta contra los amigos de Hitler.
Lo que vino después es harina de otro costal.

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