Pesadilla en la pocilga.

"Pesadilla en la cocina" se ha convertido ya en una de las revelaciones de la temporada. Tras solo cinco emisiones el reality culinario está en plena forma, cosa que demostró el pasado jueves tras convertirse en la segunda opción del prime-time, sumando más de 3 millones de espectadores y acechando al gestitos Mario Casas, ya sin los "tróspidos" enfrente.
Las frases de Alberto Chicote se han popularizado en las redes sociales y hasta ha sido elegido como imagen de 'la Sexta' en las campanadas de fin de año -el otro día también se pasó por el decandente "El Hormiguero" y puso a caer de un burro a todos los cocineros del programa-.
La verdad  es que da bastante pena el ver como uno de los cocineros más prestigiosos de España se convierte en una marioneta de la telebasura más cruda, armándola en cada pocilga que visita y vociferando insultos de guión, vestido patéticamente con unas chaquetillas horteras.
Porque el programa irradia un tufillo a precocinado que tira para atrás. Vale nos tragamos que hay cocinas de ese calibre, con esa mierda dentro, con cocineros dementes, con unos dueños farloperos sin ningún tipo de sentido común, pero de ahí que en una semana de grabación pasen las cosas que pasan, por ahí no.
No te puedes tragar que una gente que por muy mal que le vaya, le avisen los de la productora que se van a pasar a grabar y no intenten adecentar un poco la pocilga. No solo para no quedar como el marrano mayor del reino, sino para que alguien en su sano juicio se vaya a gastar la pasta en comer en un restaurante que tienes lleno de basura y que supuestamente gracias a ese programa vas a intentar reflotar.
Es verdad que los restaurantes y los cocineros y camareros son reales, pero de ahí a que la gente no se comporte delante de una cámara....
Lo dice Santiago Segura cuando le dicen; "buah llama a mi primo para 'Torrente' que es un cachondo", y que le pones una cámara delante y se queda más mudo que Harpo.
El patrón de Gordon Ramsay ha sido seguido "al dedillo" por la productora argentina 'Eyeworks' en su adaptación nacional.
El patrón es el siguiente;
-Llega Alberto al local en un coche tan grande como su cabeza.
-Saluda al propietario, mira con desprecio la carta y le sirven una comida al borde de la putrefacción.
-Se caga en la puta madre del cocinero y se va a inspeccionar la guarida culinaria.
-Entra en la cocina y les saca los colores a los del restaurante retirando de las cámaras alimentos vomitivos (patatas podridas, carne con pescado mezclados, una freidora podrida, una rata en el lavavajillas, etc.).
-Dice que todo está fatal y que se va a pasar al servicio de las cenas.
-Comprueba que el servicio es un puto desorden y que todo está hecho una puta mierda.
-Se ceba con los pirados con los que se cruza (una camarera insoportable que se sienta a practicar buenrollismo con los clientes un cuarto de hora antes de emborracharse, una cocinera que en mitad del servicio se pira a rezar, un farlopero que duerme en un sofa-cama y que solo piensa en cerveza, una camarera que se pasa todo el día disfrazada y bailando, un maricón reprimido y casado que pierde una fortuna en plan ONG, un rockero duro que se convierte en Bambi...) 
-Sale a la puerta del restaurante donde mirando a cámara dice una retahíla de problemas del negocio que le han escrito (le falta el teleprompter).
-Pilla por banda a los propietarios y les amenaza con que o mejoran o no solo van a perder sus negocios, sino también sus familias -uno le contestó; "¿Por qué voy a perder a mi familia?, ¿por tener la cocina sucia?, que vengan ellos y la limpien".
-Les redecora  el local como le sale de la punta.
-El gordaco se inventa un plato superinnovador (una hamburguesa con ketchup picante, unas croquetas de la abuela, etc.).
-Y por último, en el servicio definitivo, llenan el local de actores en paro y sale todo de puta madre ante la emoción del propietario y los aplausos de amigos y actores que cenan esa noche por la patilla.

O sea el rollo "Hermano mayor", donde en una semana cogen a jóvenes agresivos y drogadictos que no dan ni palo al agua y que encima les dan unas palizas de muerte a padres y familiares, y en una semana con la psicología de Pedro se convierten en corderitos familiares y achuchables. Que esperen una semanita a ver cuando los "Jonathans" se quedan sin Speed y que se pasen con las cámaras que hay sesión especial.
O las productoras pagan mucha pasta a la gente para que haga el ridículo o esto no hay quien lo entienda.