Hasta nunca (Espejodeloquesomos).
Así de repente, como si nada y se nos fue.
La víbora Aguirre dijo agur con un halo de sospecha -¿enfermedad y cariño familiar o nubes negras mafiosas?.
Esperanza, la condesa o lideresa dio ayer un lacrimógeno portazo dejando con la boca abierta a todo el país, sin cumplir sus ambiciosas aspiraciones de regar de neoliberalismo a todo el país, convirtiéndose en la primera mujer en gobernar España.
Empezó en política de la mano de la Unión Liberal -antes de ser absorbida por Fraga- como concejala de Madrid donde pasta una década.
En el 96 con la llegada de su admirado Aznar al poder ocupa la cartera de cultura y entonces no era la fiera que es ahora, al revés, un corderito sonriente y simpático que intentaba agradar al lobby cultural siempre progre con un cambio para impulsar el cine español -con el productor Andres Vicente Gómez de inspirador intelectual, cosa que favorecio a su mujer Concha García Campoy, siempre roja que se mantuvo en la telefónica Onda Cero-.
De esos años hay mucho que contar; llega a una cartera ministerial donde saca sus mayores beneficios Polanco con sus libros escolares y negocios de exportación y le dicen que con un editorial de El País en contra, durara un cuarto de hora. Entonces la entonces blandita deja hacer a los malos de Prisa -en medio de una violenta guerra digital entre el Gobierno y Polanco al que quisieron meter en la cárcel con el prevadicador Liaño-. Y Esperanza aguantó estar entre dos aguas de una manera sibilina, como lo hacia su odiado Gallardon y el mago de Bankia, Rodrigo Rato -ambos cercanos a Prisa que siempre han contado con sus apoyos mediáticos, Gallardon incluso se puso a favor del empresario en su guerra del cable contra el PP y fue propuesto por El País a presidente cuando Aznar no conseguía mendigarle el puesto a sus odiados nacionalistas catalanes y vascos y además la mujer de Rato se paso media vida trabajando en CNN+-.
Pero Aguirre aprendió de estos y lo mismo hizo con el Caiga quien caiga, que se convirtió en azote pepero en su primera legislatura y sin embargo esta consiguió tener la alfombra de Pablo Carbonell.
Esperanza después de presidir el Senado consiguió perder en sus primeras elecciones como cabeza de cartel las elecciones de 2.003 a favor de la izquierda. Pero había muchos miles de millones en juego y entonces un miserable llamado Balbás consiguió corromper a Tamayo and company y Esperanza fue presidenta gracias a un escandalo golpista contra el poder del pueblo y en favor de la clase mafiosa madrileña.
En cuanto ganó se puso como dobermán de la derecha con unas políticas neoliberales -siempre el liberalismo más intervencionista cuando le convenía-.
Privatizaciones por doquier -especialmente dolorosas las de hospitales además de las del Canal y Telemadrid-, colegios concertados beneficiados -con la puta libertad de elección para los ricos en contra de la enseñanza pública-, agujero en las cuentas publicas -de un día para otro duplicaban los reconocidos-, eliminación de ayudas para libros o para comedores, subida hace medio año el 30% del precio del Metro -donde sus amiguitos nunca pisan-, apertura de brazos a los sicilianos de EuroVegas, recorte de impuestos para los ricos y para rematar se rodeo de un equipo de ladrones que acabaron muchos en el Caso Gurtel.
Además de apuñalar a Gallardón y Rajoy cuando los tuvo a mano.
Osea una política de las que dejan huella, huella de malos modos, huella de privatizaciones, huella de barro.
Esperanza es quizás una de las políticas más radicales, más sectarias, más miserables que han pisado este país desde antes de la guerra.
En los medios, además de sus chanchullos con Polanco, se obsesionó a lo Aznar con ellos utilizando todas las malas artes posibles. Desde la manipulación vergonzante de Telemadrid a la que convirtió en su corral -puso a su jefe de prensa a director general- donde se han escrito algunas de las paginas más negras del periodismo con un nivel nazi de manipulación.
Además convirtió al canal tras la derrota de 2.004 del PP en un estercolero de rebotados de derechas -Buruaga, Dragó, Luis Mariñas, Curry Valenzuela, Isabel San Sebastián o Manuel Antonio Rico- donde Zapatero era insultado diariamente en sus tertulias -cuando Rajoy ganó se acabaron las tertulias en primetime y dejó de interesar más la política nacional que la autonómica de la región que es su razón de ser-.
Sectarismo inigualable con momentos míticos como la entrevista que le concedió a Germán Yanke y cuando le incomodó en directo, esta le acuso de abrazar el discurso socialista y poco después Germán se quedaba en el paro.
Pero Esperanza no solo medró en la pública, intervino de todas las maneras para manipular e influir en los medios privados.
Sus conocidos apoyos al locutor Federico Jiménez Losantos le llevaron a regalarle licencias TDT -en un anulado y asqueroso concurso donde también regaló señales a Enrique Cerezo, Pedrojota, a los curas o a Intereconomía-.
También al de Teruel le salvo la cara en una comida con el mismísimo Rey -desvelada por El País- y cuando Cope le mando a su casa, pues ahí estaba Esperanza para darle una emisora al locutor -que le tocaba a Cope- además de regarle de publicidad institucional para EsRadio.
También se conjuro con Losantos contra Zarzalejos, cuando ABC se desmarcó de la paranoia del 11M inventada por Pedrojota, el predicador pidió en directo que se dieran de baja los suscriptores del diario monárquico y Zarzalejos contó en un libro las enormes presiones de Esperanza hacia su persona.
Ahora respiraba tranquila la lideresa con ABC, en el diario y en la radio ya que tras una ifructuosa fusión con EsRadio consiguió abrir sus emisoras a Melchor Miralles e Isabel San Sebastián para sus principales franjas -los dos estrellas en Telemadrid-.
También Doña Espe fue protagonista cumpliendo el viejo sueño de Ariza, al conseguirle un crédito de 18 millones de euros vía la arruinada Caja Madrid para comprar y relanzar el periódico de extrema derecha La Gaceta. Hasta nunca.
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Campoy ya estaba en Onda Cero antes de que entrara Telefónica...
ResponderEliminarConcha García Campoy llegó a Onda Cero tras el cierre de Antena3 en 1994. En A3 hacía el matinal "Días de radio", que en OCR se convirtió en "Noches de radio".
ResponderEliminarLuego sí, en 1996 cuando el PP llegó a La Moncloa, ficharon a Buruaga para RTVE, que estaba haciendo La Brújula en Onda Cero, y fue entonces que la Campoy pasó a dirigir La Brújula.
El espacio que dejó libre lo ocupó Reyes Monforte con aquel magnífico, para mí almenos, "País de locos"
OK, matizado. Lo que pasó fue que Cocha se mantuvo -no fichó es verdad- de outsider en una radio claramente PPartidista en las mañanas del domingo -La Brujula paso a manos de El Mundo donde vetaron a Sopena y Mariantonia por los "de arriba"-.
ResponderEliminarEl matrimonio Andresvi-Campoy tiene un post aparte muy jugoso.
Un matrimonio claramente rojete se pasó al otro bando por una conveniencia económica gracias a su amistad con Pedrojota.
Andrés se llevó gran parte de la tarta de subvenciones -ahora sobrevive a duras penas tras la ruina de Manolete- y gracias a eso consiguió financiación gracias a Via Digital o a un acuerdo con Telecinco para La gran ilusión -una especie de Versión Española presentado casualmente por su mujer y con películas del productor-.
En este espacio se vivió una tensa con Puigcorbe -el actor sostiene que el productor le ha vetado durante años y luego hizo lo mismo con Globomedia-.
En el programa tuvieron los santos huevos de emitir Átame, una pelicula que fue la gota que colmo el vaso del gran Almodovar que se quedo sin Goyas sufriendo las envidias de el clan de Vicente Gómez -su Ay Carmela se llevó 13- tras su pelea en la pelicula Matador, que acabo con divorcio en el rodaje que llevó a Pedro a fundar El Deseo, donde ha producido algunas de las mejores peliculas de la historia de nuestro país -Hable con ella, Volver, Todo sobre mi madre, Mujeres al borde de un ataque de nervios, Carne Tremula o La ley del deseo-.
Jodo, me suena lo de Puigcorbe con Telecinco... vamos, lo de Juanjo con las manos negras viene de lejos, jaja.
ResponderEliminarMosca, me molas porque sabes un huevo de cosas. Si le dieras un toque un pelín menos negativo me gustaría más, pero en fin, eres así.