El emporio del perejil (1ª parte).



En el año 1991 se produjo un cambio en el programa de cocina de TVE, cuando la popular Elena Santonja tras siete años al frente de Con las manos en la masa, se enfrentó a la dirección del canal por negarse a anunciar productos de los patrocinadores del espacio sin recibir un extra económico.

Esta fue lo que motivó la entrada en nuestras casas un desconocido Karlos Arguiñano, un cocinero de Beasaín que contaba algunos chistes y remataba todos los platos con una ramita de perejil.
Tenia 43 años entonces -ahora lleva 21 años en las nacionales- y había entrado en este mundo en ETB, donde alcanzo una popularidad arrolladora, llegando a editar sus programas en vídeo. De ahí saltó a TVE, primero a su centro territorial de Euskadi y después a La Primera.
Venia con la aureola de cocinero renovador -luego se le ha acusado la sencillez repetitiva de sus recetas- y con los bolsillos vacíos tras los problemas de su primer restaurante.

Los problemas económicos acabaron con el estreno de El menú de cada día, el exitoso programa que consiguió convertirse en la revelación de la temporada, con picos de 3 millones de espectadores, que le valieron a Karlos a renovar millonariamente esta vez con su propia compañía, Bainet, a llevarse un Ondas, a sacar libros que se vendían como rosquillas -desde entonces ha "escrito" o mejor publicado, casi 40 recetarios- y ha sido objeto de disputa entre las diversas revistas del corazón que querían los avances de los menús.

Además de libros creó junto a unos socios Asegarce, empresa más importante de pelota vasca, que ayudó a profesionalizar y popularizar el deporte euskaldún pagando millonadas a los pelotaris o llevandolo a la televisión -en el año 98 viviría Arguiñano una "guerra de pelotas", llegando a los tribunales a ETB, a la que acabó derrotando-.

Sus programas de cocina aumentaban al nivel de su popularidad creando otros nuevos formatos; El sábado cocino yo -presentado por el propio Arguiñano-, Frontón -con las retransmisiones de Asegarce- y los divulgativos Bricomanía y Decogarden, sin olvidar negocio de siempre, su restaurante en Zarautz, al que se le unieron una escuela culinaria en Aia y varias inversiones en viñedos.

A mediados de los 90 Juanma Bajo Ulloa fuma porros tras una cena con los jóvenes actores Fernando Guillen Cuervo y Karra Elejalde. Empiezan a hablar de cine y entre risas crean sin saberlo un argumento de la que se va a convertir en la película más taquillera de la historia del cine español; un novio en la despedida de soltero pierde el anillo en el culo de una meretriz y huyen en un coche con un Airbag lleno de cocaína. Con el eterno odio de Juanma a todo lo que huela Madrid y a todo lo que representa la industria, le ofrecen el guión a Arguiñano, que no solo no financia la película sino que se presta para hacer un cameo en ella. Este es uno de los "embolaos" en los que se ha metido...

1 comentario:

  1. "que no solo no financia la película"

    Eres barroco pero creo que el segundo no es una errata :)

    Por cierto, una petición: quita los captchas. Creo que con obligar a registrarse te librarás del spam.

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