Cuarenta años con Pedro J.








Pedro J. Ramírez está a punto de cumplir cuarenta años como director de periódicos y El Español lo celebrará la próxima semana con el estreno de una serie documental que constará de cinco capítulos y que contará con el testimonio de Iñaki Gabilondo, Casimiro García Abadillo o Luis María Anson.

Luces y sombras

En 1980 Juan Tomás de Salas, consciente de que había perdido el trono del 'editor de la Transición' en favor de Polanco, quiere encauzar el rumbo del fallido Diario 16, torpe sucesor del exitoso semanario Cambio 16, y ficha a Pedro J., por aquel entonces agudo y anglófilo reportero político de ABC.

Ramírez imprimió a Diario 16 un estilo amarillo con el que pronto elevaría su número de ventas frente a la pujanza de El País y ABC. Pero a finales de los ochenta el riojano pierde pie al intentar proseguir con sus denuncias del GAL, grupo criminal que hasta la fecha era motivo de alegría para la derecha y la izquierda política y mediática.

Juan Tomás lo cesa, dicen que tras sufrir una broma de Juan Carlos I en una cena, y Ramírez se aventura al lanzamiento de El Mundo, sufragado por Mario Conde y los controvertidos italianos de Rizzoli.

Años noventa

Dice José Díaz Herrera sobre Ramírez que "desde Mariano José de Larra, no ha existido en España un periodista más conocido y con más poder que él, (...) ha puesto y quitado ministros y presidentes de Gobierno a su antojo, tiene en sus manos a banqueros y a grandes empresarios".

Los años noventa situarían a Ramírez en la cabeza de la influencia porque el atinado serial de investigación de El Mundo marcaba la agenda para desgracia del PSOE, que dejó de regenerar para comenzar a degenerar mediante los GAL y Filesa.

Esta influencia provocó un dolor de muelas en Juan Carlos I, que estuvo a punto de emprender una campaña contra él porque El Mundo rebotó una información italiana sobre sus correrías, o en Felipe González, que cayó directamente por las investigaciones del periódico.

Cierto es que Aznar demostraría que le importaba muy poco la ética en la vida política española, su Gobierno lanzó botes salvavidas a varios cooperadores del GAL, y Pedro J. estuvo a punto de morir civilmente tras la publicación de un infecto vídeo sexual perpetrado por las cloacas de Interior y distribuido por la chusma que rodeaba algunos ministros socialistas.

Ramírez salió vivo tras perder muchas energías y se dedicó a pedir 'lo suyo': Aznar, que nunca se acabó de fiar de él, no le entregó Antena 3 y Onda Cero, lo que hubiera convertido al riojano en un rival de altura para Polanco. El director de El Mundo se conformó con tomar Recoletos, Marca y Expansión, operación ruinosa.

Locura

En 2004 Zapatero gana las elecciones y mima a Ramírez: le concede su primera entrevista como presidente e insta a TVE para que lo fiche como tertuliano del '59 segundos'. Ramírez acepta las muestras de talante, pero se mete en un charco que dio el triunfo al PSOE en 2008: el 11M. El Mundo, con el COPE y el PP como aliados, insinúa que los atentados son obra de una joint venture formada por la Guardia Civil, el CNI y ETA.

Aquella conspiranoia deja a la altura del betún a Ramírez, que estalla junto a Losantos en 2008 porque Rajoy asegura que sigue tras dos derrotas. Esperanza Aguirre, la favorita para COPE y El Mundo, se queda sin trono.

Y Ramírez, ya sin aliados ni en PSOE ni en PP, comienza a hacer periodismo con mayúsculas con compañeros como Inda: El Mundo pone patas arriba Zarzuela mediante el caso Urdangarin o Botswana, apunta al PP con la red gurteliana y destapa capítulos negros del PSOE con los ERE.

Se lo reconozcan en Podemos o no, El Mundo fue partícipe imprescindible en la regeneración del último lustro gracias a que sus investigaciones anegaron a las principales instituciones con descrédito.

Pero en 2014, El Mundo releva a Ramírez tras haber publicado el SMS de Rajoy a Bárcenas, al que el riojano entrevistó durante cinco horas. Y, no como otros, Ramírez publicó la conversación sin ser consciente de que Juan Carlos I meses antes de abdicar iba a levantar los teléfonos del IBEX35 para asfixiar al periódico.

Aquel fue el principio de su fin y el comienzo de El Español, proyecto de jubilación que parece más pendiente de acumular visitas de que dar exclusivas. Ramírez, tras controvertido cambio de mujer, se ha quedado sin aliados, Federico Jiménez Losantos lo echó de su tertulia por decir en TVE que Vox buscaba el voto de los maltratadores.

Ahora El Español está apostando por el feminismo, la loa a Pallete y Florentino y la compra de webs con la intención de salir guapos en el ranking de Comscore. Torpe final de Ramírez, que ha vivido una vida profesional llena de aciertos, de amarillismo y de un sonrojante lamparón, el 11M, infamia por la que todavía debe una disculpa a la sociedad española.




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