La caída del marianismo mediático tras una década de calvario










Nunca un líder político gozó de tanto confort mediático como Mariano Rajoy, recién desalojado tras una Moción de Censura progresista que ha colocado en Moncloa a Pedro Sánchez. El marianismo mediático nació en 2008 tras la segunda derrota del gallego. En ese momento murió el aznarismo, que se evidenció con las sucesivas caídas al ostracismo de Pedro J. Ramírez, Jiménez Losantos e Intereconomía y las defenestraciones de Esperanza Aguirre o Rodrigo Rato, y nació una nueva política mediática muy relacionada con la brújula demoscópica de Pedro Arriola.

Censura y reacción

El Gobierno de cinco años y medio de Rajoy ha estado marcado por leyes represivas que han afectado a nuestra libertad de expresión (no se puede olvidar el compadreo de Sánchez en esta materia). Desde Moncloa una siniestra cuadrilla (Soraya, María Pico y Carmen Martínez de Castro) ponían y quitaban tertulianos, Inda y compañía ejecutaban los infectos dossieres de Interior, las teles eran amenazadas vía Competencia, licencias o el fantasma del regreso de la publicidad a RTVE, y la Corporación Pública se osurecía con Cárdenas, Jenaro Castro, Álvaro Zancajo, Eladio Jareño, Álvarez Gundín o Sergio Martín, todos ellos bajo la batuta chulesca de José Antonio Sánchez.

Disparando

Desde Moncloa apuntaban y los medios, hambrientos por la crisis, disparaban: así cayeron Javier Moreno, Pedro J. Ramírez o José Antich; El País y El Periódico viraban hacia la derecha para evitar la quiebra; y Cintora, 'El gran debate' o 'Te vas a enterar' eran fulminados por sorpresa. Se va Mariano, pero sobre todo se va Soraya. Agur.









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