El día que Pedro Sánchez gritó en privado a Ferreras por una supuesta campaña contra él










Cuenta Jesús Maraña en su libro 'Al fondo a la izquierda' que José Miguel Contreras medió ante Antonio García Ferreras para que comiese con Pedro Sánchez porque el líder socialista se sentía mal tratado por La Sexta. A la cita acudió el presentador junto a Mauricio Casals, atónitos ante el enfado del líder socialista: "En un momento determinado del almuerzo, Sánchez levanta la voz y se dirige a Ferreras: "¿Tú vas a por mí! Sé que estás investigando a mi mujer y a mi suegro. ¡Mírame a los ojos y dime que no es verdad!'. El periodista se pone en pie y responde en el mismo tono: '¿Cómo dices? ¡Eso es absolutamente falso! Dinos tú quién te ha ido con ese cuento". (...) 'Es mentira que nadie de mi equipo esté investigando eso -insiste Ferreras-, y además, si no tiene nada que ver con tu dedicación política, a mí me importa un pito".

Recuerden que el Secretario general de los socialistas se ha abstenido de participar en las distintas tertulias de La Sexta por el supuesto odio de Ferreras hacia su persona. Un odio heredado de Rubalcaba que no fue óbice para que Sánchez confesase ante Évole que entre los que le presionaban para evitar un Gobierno de progreso se encontraban Cebrián y Alierta. A ningún espectador de La Sexta se le escapa la preferencia de Ferreras por Susana Díaz, pero hay que reconocer que la cadena verde "no ha tomado partido" en estas primarias, todo lo contrario que El País, que este lunes comparaba el triunfo del madrileño con el Brexit en su editorial.

El diario dirigido por Antonio Caño señala que "el retorno a la secretaría general de un líder con un legado tan marcado por las derrotas electorales, las divisiones internas y los vaivenes ideológicos no puede sino provocar una profunda preocupación. La propuesta programática y organizativa de Sánchez ha recogido con suma eficacia otras experiencias de nuestro entorno, desde el Brexit hasta el referéndum colombiano o la victoria de Trump, donde la emoción y la indignación ciega se han contrapuesto exitosamente a la razón, los argumentos y el contraste de los hechos. En este sentido, la victoria de Sánchez no es ajena al contexto político de crisis de la democracia representativa, en el que se imponen con suma facilidad la demagogia, las medias o falsas verdades y las promesas de imposible cumplimiento".

Y añaden: "Lamentablemente, el proyecto de Sánchez, en el que no cuenta con nadie que represente el legado de 22 años de Gobierno del PSOE ni ningún poder territorial significativo, aboca al partido a la profundización de una ya gravísima crisis interna. Como demuestran las debacles electorales que sufren los socialistas en toda Europa, y como ya han experimentado los socialistas en España, los márgenes para la supervivencia y relevancia del proyecto que aspiran a encarnar son de por sí ya muy estrechos. En esas circunstancias, la confusión ideológica y el modelo de partido asambleario en el que se ha apoyado Sánchez fácilmente podrá desmovilizar aún más a sus votantes y alejar a los socialistas del poder".

Como ven en Prisa no se han tomado demasiado bien su pérdida de influencia dentro de la formación socialista. Es cierto que el triunfo de Sánchez se evidenció en la recogida de avales, hecho que llevó a El País a rebajar sus dardos contra el líder socialista e incluso a publicar un artículo de Rodríguez Ibarra en el que llamaba a la conciliación entre las dos candidaturas principales


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