Jorge Javier Vázquez y Bertín Osborne mienten...y lo saben










Jorge Javier Vázquez reconoció hace unos años que una vez huyó de un plató por miedo a Bertín Osborne, al que había criticado en Sabor a ti. Pero ambos presentadores se reconciliaron, mostrando cercanía en programas como Sálvame o Hay una carta para ti.

Ambos han concedido en los últimos días sendas entrevistas en Telecinco, mostrando la mentira como bandera. Jorge Javier acudió el sábado a ¡Qué tiempo tan feliz!, donde su discurso se basó en que le resbalan las críticas que se han llevado en los últimos tiempos. 

El presentador se contradijo, ya que admitió que lo había pasado muy mal con las críticas que recibió por Iba en serio y que se había parapetado en no leer críticas sobre Gran Hermano durante un mes y medio. ¿En qué quedamos, Jorge Javier? El de Badalona llegó a sentenciar: "El programa (por Gran Hermano) va de puta madre, ¿qué más puedo pedir?". 

¿Va de puta madre un programa que está marcando los peores resultados en sus diecisiete ediciones, que estaría promediando un 16% en sus galas del jueves si no utilizase el arma del express, que ha retirado la edición Límite 48 horas y que amagó con mandar El Debate al sábado, día con menor consumo televisivo de la semana? 

Mentiras, al igual que Bertín, que ayer se dejó ver por Sálvame para vender programa, concierto y disco. El presentador recibió un dardo por parte de Kiko Matamoros, que le reprochó sus críticas al programa en su obra de teatro. Osborne desmintió este hecho, pero Extraconfidencial ha recordado el monólogo homófobo que se marcaba el rey de la ranchera hace unos años en la obra Mellizos: "¿Sabéis por qué ha cerrado el CSIC en España? Porque aquí los únicos que espían son los de Telecinco. ¿Y por qué espían los de Telecinco, señores? Pues porque hay dos o tres docenas de demonias desocupadas que no han pegado un palo al agua en su vida y se llevan ocho o nueve horas sentadas en el corro ese. Que no veas el corro ese. Ahí comen, meriendan, insultan, se agarran el culo…A mí hace dos o tres años me invitaron y se ve que ese día me pillaron flojo y dije, voy a ir ahí. Y cuando me abren la puerta del plató y me dicen: “pasa”, miré y dije: “y una mierda, ahí no entro yo”. Ahora, como no tenía más remedio lo que hice fue meter el culo contra la pared y el zócalo es que lo dejé limpio, limpio, limpio. Cuando estaba a cuatro o cinco metros de la silla mía, me tiré en plancha. Y el presentador cuando vio que yo me iba a sentar en la silla… ¡animalito!". 

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