Javier Cárdenas queda retratado en una entrevista antológica de Papel








Esa especie de Robin Hood sin graduado escolar en la que se ha convertido Javier Cárdenas, que compensa sus limitaciones con arengas de brocha gorda, ha quedado retratado en una brillante entrevista publicada por Papel. No hay nada que tema más el monstruo que ponerle delante de un espejo, que es algo a lo que se prestó un Cárdenas al que la entrevista solo le ha servido para confirmar que sus argumentos son tan débiles que solo se sostienen porque se ha sabido rodear de palmeros que no le ponen en solfa ni una coma, y porque los oyentes de este tipo de espacios llenan más los bares que las bibiliotecas. Veamos dos ejemplos de las dificultades que tuvo Cárdenas para sostener algunas de sus soflamas más recordadas: 

Bofetón número uno: la generalización como arma fuerte 

Aquel día dijiste, literalmente, que los periodistas «están todos comprados». 

Porque generalizo, porque yo hablo para todos en general. ¿Cuándo has visto a los telediarios hablando de suicidios por desahucios? Cuando, por estadística, había uno al día. ¿De dónde sacaste ese dato?

Tenemos a varios policías que trabajan en el programa y uno de ellos nos pasó los datos de suididios. Eso está clarísimo. ¿No ves el riesgo de generalizar?

Generalizar siempre es injusto. Es como cuando dices que todos los políticos son unos chorizos. Claro, no lo son todos. Entonces, ¿por qué lo dices?

Porque tenemos una tasa de choriceo que no veas. Eso es de lo que nos enteramos. ¿Y de lo que no nos enteramos? ¿No es injusto tomar la parte por el todo?

Ni de coña. Si no, no lo diría. Cada día destapamos un choriceo nuevo. Hombre, no te enfades, pero hay que tener unos cojones enormes para decirme que generalizar es injusto. Lo injusto es que los partidos no hayan tomado medidas más drásticas con la corrupción.
Muchos te acusan de triunfar a costa de burlarte de los frikis...

Bofetón número dos: los taraos 

Precisamente ese tema, la demagogia, centró otro de sus monólogos más sonados. En él, denunció los beneficios penitenciarios de los Reclusos como Miguel Carcaño, asesino confeso de Marta del Castillo: piscina, videoconsola, pantallas de plasma... Luego redondeó su arenga con una frase que resume a la perfección la filosofía Cárdenas: si no piensas como yo es que no piensas igual que «la gente». Y si no piensas igual que la gente... es que te pasa algo raro. Dijiste: «Si crees que esto que digo es demagogia, estás tarao de la cabeza y eres tan delincuente como ellos».

Correcto. Pues yo creo que usar ese argumento es demagógico. ¿Estoy tarao de la cabeza y soy tan delincuente como ellos?

[Cárdenas se queda callado, como si un ser querido acabara de confesarle un crimen horrendo]. Si tú crees que un tío que ha violado y asesinado, que le ha hecho pasar un infierno a una pobre chica, puede tener una videoconsola y una piscina en la cárcel pues, honestamente, tú y yo pensamos algo diametralmente opuesto... De hecho, me rompes los esquemas... Y yo digo que es vergonzoso que el mierda de Carcaño no esté encerrado en una celda de dos por dos, comiendo lo peor que pueda comer, hasta que cante dónde está el cuerpo de esa niña. 

Bofetón número tres: su condena

Cárdenas desliza que fue condenado por reírse de un minusválido en el programa de Sardà por una especie de persecución judicial. Cuando le sacan un tema de estas característica el locutor sale por la tangente: "Cuando algo tiene éxito, siempre hay unos exquisitos que te ponen peros. Minusvaloran la inteligencia de estos personajes. Yo me reía con ellos, no de ellos. No saben que Carmen de Mairena proponía ella misma las entrevistas, para no tener que hacer la calle en el barrio chino, donde le pegaban palizas y la llamaban monstruo. O que El Pozí, que cuando dejó de salir en la televisión acabó enganchado a las drogas y yo le pagué los últimos años en un geriátrico. Pero eso los exquisitos no lo quieren decir, porque entonces me tienen que dar la razón". 

Y de postre...

Pero Cárdenas no solo se vio acorralado intelectualmente, sino que el autor del reportaje, Gonzalo Suárez, desvela dos de sus secretos: el primero es su obsesión por la estética, algo que Suárez deja entrever al contar que el locutor exigió al fotógrafo que eliminase una imagen donde no salía bien. Pero la segunda es incluso más jugosa: Suárez afirma que un miércoles visita los estudios barceloneses de Europa FM y que Cárdenas hace doblete: presenta el espacio del miércoles en directo desde las siete hasta las diez pero al mediodía graba el programa del jueves, algo que por un lado desmiente que el innegable éxito radiofónico de Cárdenas se deba al trabajo, tal y como afirma el ex reportero de Crónicas Marcianas en la entrevista. Y algo que Cárdenas y su entorno siempre han negado, ya que los "soñadores" quizás no se tragarían pescado congelado de saber que Cárdenas graba más cómodo en la tarde-noche que con las legañas matinales. 


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