El PCE sobrevivió contra pronóstico, aunque Alberto Garzón y su lista, Unidad Popular, no logró su objetivo; tener grupo propio en el Congreso y superar el 5% del voto.
Garzón y compañía salvaron los muebles con dos diputados por Madrid, ya que IU no logró arañar nada en Málaga, Sevilla, Asturias o Zaragoza. Aun así la formación logró 923.000 votos, que le colocan como la quinta fuerza más votada del país, datos que empeoran en 760.000 votos y en nueve diputados los resultados cosechados hace cuatro años por Cayo Lara.
El efecto Podemos ha arrollado a una formación que si no hubiese sido por Garzón, que ha hilvanado una campaña electoral sobresaliente, no habría salido viva, aunque muchos le hayan recordado que este es el peor resultado de los comunistas en nuestro país.
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