Ruth Lorenzo rompió anoche todos los récords de Viajando con Chester. No en audiencia, ya que el programa sufrió su cambio de horario y cayó a un bajo resultado, pero sí en calidad, en emotividad y en sorpresa. "Muchas cosas de las que te he contado a ti no las sabe ni mi madre, y quizás mi terapeuta sabe algo", afirmó la cantante murciana. Una cantante que para muchos de nosotros hace un tiempo era una extraña musa de los eurovisivos, casi siempre marcianos, que habían adoptado una rareza española porque había tenido éxito en la Gran Bretaña. Pero en los últimos tiempos todos hemos podido observar a Lorenzo en diversos platós, siempre espontánea, luminosa, dicharachera y maravillosa. Anoche esta señorita que irradia simpatía superó sus complejos y afirmó que está pasando una dura etapa vital donde ha tenido que volver al terapeuta para superar la bulimia, enfermedad crónica. La murciana contó la dura vida de su madre, insinuó luces y sombras, desveló cómo rompió con valentía un millonario contrato con una discográfica, y demostró como un patito feo se puede transformar en un cisne con mucha valentía. ¡Chapeau!
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