El que perdona la paga; el Barça gana media Liga ante un Real Madrid que tuvo el partido en su mano







El encanto del fútbol, deporte advertido por los americanos como lento y absurdo, es su crueldad y su injusticia. Su éxito radica en el dolor que sienten los perdedores que piensan que merecían más, por eso no es como los demás. Y no lo es porque en las pocas jugadas en las que se decide un partido, no como deportes de continua pegada como el tenis o el baloncesto, se producen hechos imprevisibles.

Sucedió ayer en el Camp Nou, en el que el Real Madrid lavó su imagen, se quitó complejos y tuvo en su mano el partido, mostrando su mejor cara en lo que va de año. El conjunto blanco entró bien en el partido, en especial por la mediocre salida de un Barça que ayer demostró lo que es; la sombra del proyecto de Guardiola, un equipo lleno de lagunas y un club gris lleno de parches. La única posibilidad de ganar que tenía anoche el Real Madrid era ponerse por delante en el marcador, pero un remate de Cristiano se estrelló en el larguero y el Barça se adelantó a balón parado. Quién lo diría. El Real Madrid se rehízo y en su media hora de dominio solo encontró el premio una vez, con tanto de Cristiano tras deslumbrante asistencia de Benzema. El Barça estuvo contra las cuerdas durante varios minutos, y solo la llegada del descanso evitó la debacle. En la segunda parte el Madrid comenzó mandando, otra vez, y de nuevo le faltó el premio, mientras que el conjunto blaugrana decidió con un golazo de Luis Suárez tras deslumbrante control. El uruguayo se une a la lista de fracasados delanteros culés que han sido incapaces de convivir con Messi, pero que tienen su noche de gloria contra el Real Madrid, como fueron Ibrahimovic o Alexis Suárez.

Es cierto que al Real Madrid de lo poco que se le puede reprochar es su falta de ímpetu en la última media hora, no sabemos si por daño psicológico o por flaqueza física, y el Barça entonces pudo aumentar ventaja, hecho que hubiera sido a todas luces inmerecido, ya que el conjunto blanco salva el gol averaje como insuficiente premio de consolación con Casillas evitando el espejismo.

El equipo de Ancelotti ha tirado ya la Liga, aunque no fue ayer, sino en los últimos meses-tres puntos de quince contra los grandes-, y no es la primera vez que lo hace, porque en los últimos años su cíclica pasividad ha tenido estos mismos efectos. Bravo salvó anoche al Barça, siendo junto a Piqué el mejor del equipo, situación que evidencia la mediocridad en la que se ha instalado un club en evidente fuera de juego. El Madrid, tutelado en la primera hora por un gran Modric y con Marcelo creando peligro en todo momento, no encontró su eterna pegada, con un mediocre Bale, con un acertado Benzema lejos del área y con un Cristiano sin capacidad para echarse al equipo a la espalda y discreto, aunque no tanto como el desapercibido Messi. Al intercambio de golpes ganó el Barça, aunque el equipo de Luis Enrique vence pero no convence, mientras que el Real Madrid sueña ya con la undécima.



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