Es un grandísimo honor tener una hermana como tú", le ha escrito Cristina Pedroche a Ana Pastor, con la intención de agradecerle el artículo que ha escrito en El Periódico de Catalunya;
Reparte besos y sonrisas mientras termina de ponerse el rimel en las pestañas. Óscar, Ana y Carolina dan los últimos retoques al maquillaje y a su melena a punto de salir hacia el plató. Minutos antes estaba sentada con el tupper sobre las piernas y con el ruido de secador de fondo. Es habitual verla comer mientras la arreglan allí y es también normal escucharle explicar los ingredientes de esa deliciosa comida que le ha hecho su madre. Cristina es como parece. Es amable con todos sin importarle el cargo, bromea sobre la sesión de fotos y comenta el último caso de corrupción política que ha salido en la prensa. Comparto redacción con ella desde que comenzó 'El Objetivo'. Hace unos meses trajo a su padre para que viera cómo se hace el programa en el que trabaja, 'Zapeando'. Me lo presentó en el pasillo. La mirada de orgullo de aquel hombre era increíble.
Cristina ha contado muchas veces con satisfacción que viene de una familia trabajadora a la que le ha costado mucho salir adelante. Y presume de vivir aún en un barrio de gente trabajadora. Pero lo suyo no es postureo. En persona es exactamente tan maravillosa como parece. Es Cristina Pedroche. Esta semana escribo sobre ella porque me parece una auténtica basura que en las redes se haya empezado una campaña sobre su físico con referencias a su talla, que para algunos es muy... en fin. Además de machistas, los mensajes son peligrosos teniendo en cuenta el problema que hay en nuestra sociedad con los trastornos alimentarios. Se puede medir cuánto hemos avanzado en pleno siglo XXI con el nivel de ciertos comentarios y también los posteriores al del vestido transparente que utilizó en el programa deNochevieja.
Sin perder las referencias
Ha dado igual que ella dijera 20 veces que se lo puso porque le dio la gana y no porque la cadena la hubiera obligado. Doy fe de que es así. De Pedroche yo me quedo con lo que representa para mi. Una mujer que no ha perdido sus referencias a pesar de haberse convertido en una de las presentadoras más conocidas de nuestro país. Hace unas semanas Cristina fue entrevistada en la Cadena SER. El periodista David Redondo le preguntaba sobre esa forma de ser tan suya, tan de tener los pies en el suelo. Ella respondía que, pese a la fama, seguía siendo igual que hace unos años. «A mi padre le hicieron un ERE y está en el paro. Mi madre tuvo que coger un año de excedencia por la enfermedad de mi abuela. Mi prima, que es de mi edad, está en paro y mi otro primo igual. Claro que lo veo. En mi familia veo bastante la realidad. Por eso creo que tengo los pies en la tierra. La educación que he recibido de mi familia es esa; nunca me podría gastar 3.000 euros en un bolso, aunque los gane. Me parece reírme del sueldo de mi padre y de muchísimos españoles». Me gusta Cristina Pedroche. Mucho.
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