Pedro Arriola apadrinó Un tiempo nuevo y Pepa Bueno se cargó el estreno







Nada de tertulias antisistema como la de Cintora o los circos de antaño de Jordi González. El estreno de un tiempo nuevo parecía diseñada por Pedro Arriola. Y es que el padrino del estreno fue Cristobal Montoro, que dijo que no entendía por qué le habían invitado. Pues te han invitado porque tu Gobierno ahora le permite al malvado Vasile que monte este absurdo circo. El mismo Gobierno que consiguió lo que no logró el veto de la madre del Cuco; cargarse La Noria. Y se la cargó porque Vasile, más chulo que un ocho, se le ocurrió en un weekend romano imponer al equipo del programa que leyera los SMS amenazantes del departamento de comunicación de Génova a Mediaset, tras enfadarse éstos porque Telecinco daba bombo a las investigaciones de Pedrojota sobre Bárcenas.

Ahora Arriola dice que las tertulias, de las que antes había que huir, ahora son importantes. Por eso tiene a María Arenales Serrano durmiendo en los platós de 13 TV. Y por eso el sábado envió engañado al caramelo envenenado de Montoro, que es un coñazo para aguantarlo en la televisión, despejando balones más que explicando sus asuntos propios. A Montoro le colocó Mediaset a dos tertulianos de Prisa-Pepa Bueno y Garea- y dos de la caverna, Carmen Tomás y Pilar Gómez, que no aportaron al programa más que dos vestidos bonitos.
Tal y como dicen que hacía Jordi González con los economistas en los descansos de La Noria, Barneda se pasó media entrevista vetando datos macroeconómicos, porque hacen que la gente se pase a la Sexta a ver a Marhuenda y a Inda pegándose con todo el mundo.
La sombra gubernamental tomó cuerpo cuando la incisiva Pepa Bueno soltó tras preguntar sobre la corrupción, "sé que está prohibido, lo hemos hablado". La directora salió en Twitter diciendo que lo dijo porque se saltó el turno. Ya.

El programa por lo demás fue absurdo; una entrevista al gañanazo de Bertín Osborne, que repitió las vulgaridades de siempre-algún día contaremos sus chanchullos y sus enfermizos celos, es decir; su cara B-. Otra a Víctoria Álvarez, que dosifica chismes sobre los Pujol sin a que a nadie le interesen. Una encuesta presentada por Javier Ruiz que dice que Podemos es segunda fuerza y una estúpida tertulia de humor que nadie sabe qué coño pintaba. Para la tertulia llamaron al actor que hace de fumeta en La que se avecina, a Yolanda Ramos, al chino de Corinna y a Pepe Colubi, que cada vez que se empeñan en plagiar sin tino a Ilustres Ignorantes lo llaman. Un tiempo nuevo apestó a indefinición. Como el Abre los ojos de Emma García. Se esperaba más. Se esperaba algo. Y la audiencia castigó el experimento, promediando un ridículo 9,2% de share en el estreno, que son siete puntos y medio menos que la Sexta Noche que batió récord.



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