Adán y Eva; el culmen de la telebasura

Anoche pude disfrutar al fin de el programa de moda. Y visto lo visto, el indigesto gazpacho es para hacerse mirar a quién lo vea. Tres actorzuchos en pelotas en una isla por menos de mil euros. Haciendo alguno de ellos el ridículo, más por el minuto de gloria que por amor, que saltaba a la vista que nadie de los allí presentes necesitaba. No son los abueletes de Juan Y Medio, que no tienen oportunidades para calentar la viudez. Adán y Eva es un show zafio y banal. Parece el hermano pequeño de Mujeres y hombres y viceversa, por la estupidez y nimiedad del formato, y por los fantoches que hacen el canelo por la fama. Que no es la fama del artista, sino del mamarracho que logra trincar mil euros por una noche de bolo en alguna discoteca de provincias.