La vida pirata de Andrés Vicente Gómez



La Fiscalía pide cinco años de cárcel al productor Andrés Vicente Gómez, viudo de Concha García Campoy, por apropiarse indebidamente de 270.000 euros que pertenecían a una de sus sociedades.
Vicente Gómez ha estado siempre señalado por sus siniestros negocios, después de consolidarse a a mediados de los noventa como el gran productor español del cine, con films producidos como la oscarizada Belle Epoque o éxitos como Jamón, jamón o El día de la bestia.


Pero Andrés siempre ha tenido principalmente dos problemas con su productora; su carácter-el rodaje de Matador de Almodovar acabó como el Rosario de la Aurora, con Álex de la Iglesia estuvo años sin hablarse por prometerle producir Fu Manchú, un film para el que no tenía el suficiente dinero, e Imanol Arias y Juanjo Puigcorbé denunciaron en público un veto del "capo" del cine español, del que decían que controlaba los Goya- y sus cuentas. En cuanto a las cuentas, solventó el problema durante algunos años gracias a su cercanía con el PP, para el que inspiró intelectualmente la ley del cine del 99, por la que acabó beneficiado, además de rescatada su productora por la Telefónica de Villalonga, cuando los perros se ataban con longanizas en la compañía. Su amigo-dicen algunos que Andrés era uno de los pelotas oficiales- le cubrió un agujero de 11 millones y posibilitó una ampliación de capital de 20 millones adicionales-. Cinco años después fue el siniestro Pocero el que volvió a rescatarlo con un crédito sin intereses. Pero a la tercera fue la vencida y las cuentas volvieron a saltar por los aires; fue gracias a Manolete, la gran producción internacional, que estuvo secuestrada para estrenarla durante más de cinco años por los impagos del productor, al que se le hicieron grandes los 20 millones de euros presupuestados.


En el último lustro, Andrés ha desaparecido prácticamente de la escena cinematográfica, vive de rentas y solo ha podido estrenar La chispa de la vida, tras reconciliarse con De la Iglesia, un film financiado por TVE a cambio de imponer como protagonista a José Mota, que tenía un contrato con la pública que le exigía a la cadena darle un protagonista de cine. Ahora Andrés puede recibir un revés judicial, después del revés que le dio la vida con la muerte de su mujer, Concha García Campoy.











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