Habiendo sido director de periódicos durante 34 de los 39 años de su reinado, Don Juan Carlos me ha distinguido en momentos clave con muestras de afecto y confianza pero también ha tenido que ver por acción, omisión o refilón en mis dos destituciones, concebidas, ejecutadas o coadyuvadas por otros bajo el paraguas de su nombre. Nunca he dejado de aplaudir sus muchos aciertos ni de criticar sus contados aunque sonoros errores. Ya dije hace quince días que de todas sus grandes decisiones ésta de la abdicación era la que menos me había gustado, tanto porque suponía un mal broche para un buen reinado como porque creaba un peligroso precedente para la institución. La forma en que se ha ejecutado el relevo en la Jefatura del Estado no viene sino a reafirmarme en el diagnóstico.
Pedrojota atiza al Rey y lo culpa en parte por sus dos destituciones
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