Corría el minuto sesenta y dos de un aparentemente intrascendente amistoso entre Inglaterra y España en Old Trafford. Iniesta marcó un golazo, pero no solo eso fue relevante; lo importante fue que Luis Aragonés se dio cuenta que los bajitos y el tiki taka podían mejorar una selección tradicionalmente marcada por la furia y la mala suerte. España comenzó a tocar y todo cambió, con la consecución de dos Eurocopas y un Mundial.
Ahora los españoles tendrán la difícil papeleta en Brasil de mantener el sobresaliente nivel mostrado hasta ahora. Quizás es hora de rendir homenaje a los Casillas, Xavi Hernández, Villa o Xabi Alonso, que no volverán a vestir "la roja" tras el Mundial.
La generación del 99 ha escrito las páginas más brillantes de nuestra selección, y éstos darán paso a los Thiago, Delofeu, Koke o Jesé. Pero hasta que ésto llegue, es hora de disfrutar de los nuestros. Mientras el cuerpo aguante.
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