Mucho se habla de Paolo Vasile, consejero delegado de Mediaset y habitual francotirador de titulares cada vez que le da la luz. Pero muy poco se habla de Silvio González, el discreto consejero delegado de Atresmedia, que ha revolucionado el grupo en sus años al frente del mismo.
Y es que González ha conseguido una estabilidad económica y de contenidos en el grupo nunca vistas antes en Antena 3, que ha vivido siempre en constantes cambios de modelo y de propietario.
La cadena fue impulsada en el año 89 por Godó y La Vanguardia, que delegaron en Manolo Martín Ferrand, padre del éxito de Antena 3 Radio, que demostró que los modelos radiofónicos rara vez funcionan en televisión, ya que a la cadena le costó arrancar y fue superada por Telecinco tras la ineficacia de la televisión antigua practicada.
Después entró en el accionariado Antonio Asensio, que estaba obsesionado con la televisión privada desde que perdió el concurso del 89-cuando Felipe González le había prometido una licencia si la línea editorial de Zeta iba en sintonía el sí al referéndum de la OTAN-. Asensio fichó a golpe de talonario y lanzó una serie de éxitos, que convirtieron a la cadena en líder en el año 96. Pero la guerra del fútbol, donde echó un pulso al dictador Aznar, le apeó de la cadena, en beneficio de la recién privatizada Telefónica, que encadenó años de ruina y fracasos, en contraposición con Telecinco, que con nuevos formatos se convirtió en la cadena más rentable de Europa. Telefónica aguantó hasta 2003, cuando Aznar aceptó la salida del operador y la entrada de Planeta, tras los trabajos del conseguidor Ansón-Pedrojota se quedó con un palmo de narices, ya que esperaba ser el agraciado porque pensaba que el Presidente le debía el puesto a sus investigaciones sobre Felipe-.
Planeta colocó a Carlotti, que había alumbrado el modelo Telecinco-con realities y magazines-, pero la cosa no funcionó, ya que Antena 3 parecía una simple copia de la cadena rival, tras los fichajes del italiano de estrellas como María Teresa Campos, que no funcionaron.
Cuando este método no acababa de encajar, Lara cambió a Carlotti-que sigue trincando en el grupo con un supersueldo y varias semanas de vacaciones para que tome el sol en su finca toledana- por Silvio González, que impuso un modelo de televisión blanca. Desaparecieron programas polémicos como El diario, DEC o Curso del 73, mientras que se tiró de talonario para comprar modelos de televisión familiar de la competencia; Amar en tiempos revuletos, El Hormiguero o Karlos Arguiñano, estos dos últimos rebotados desde Mediaset, que solo miraba la rentabilidad por encima de la imagen.
A Silvio además la televisión blanca le acompañó, con éxitos como Atrapa un millón, ¡Ahora caigo! o El Secreto de Puente Viejo, además de varias series en prime-time. Vasile dice maliciosamente que el triunfo de Antena 3 se debe a que TVE le ha regalado la tarde. Pero no solo el modelo ha funcionado por las tardes.
Silvio además ha sabido pilotar con buen tino el alumbramiento de los canales TDT-con éxitos como Nova o Neox- y la compra de la Sexta, cadena a la que ha impulsado, manteniendo por ahora intacta su línea editorial, pese a que pesos pesados del grupo, como Carlos Herrera-cabeza visible de Onda Cero- y Alfonso Ussía-firma estrella de La Razón- se quejen por ello.
Silvio es un grande-yo lo conozco porque trabajé en Telemadrid- pero no se le reconoce porque Vasile dice chorradas para acaparar titulares. Lo que ha hecho en Antena 3 es elogiable. Por una vez has estado bien Mosca.
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