"A la puta calle"



Pesadilla en la cocina despidió anoche su tercera temporada. Y lo hizo por la puerta grande, ya que el espacio de Chicote superó el 13% de share. Chicote se vio obligado por primera vez en el programa a recomendar en despedir al cocinero, un déspota, vociferante y maleducado.

Sinopsis del programa de ayer

Hace más de medio siglo, Francisco abrió la marisquería El Puerto en pleno paseo marítimo de Benidorm, capital del turismo mediterráneo y cuna de los rascacielos en nuestro país.

Un restaurante de privilegiada ubicación que durante largos años saboreó las mieles del éxito con importantes personalidades del mundo del fútbol, la política o el folclore entre sus clientes y con una acogida de crítica ejemplar.

Pero hace tres años Francisco y su mujer decidieron jubilarse y dejaron en manos de su hija Rosa el negocio familiar. Desde entonces todo ha sido un despropósito que lo ha convertido en el dibujo de la verdadera decadencia: una marisquería sin marisco de antigua decoración y ambiente rancio que ahora ofrece un menú del día de bajísima calidad, a pesar de su extensa carta de casi una centena de platos.

El problema, la falta de liderazgo de Rosa, completamente incapaz de hacer valer su opinión y de conseguir que sus empleados al consideren una jefe.

Y el extremo despotismo de Domingo, un cocinero sin modales, impertinente y autoritario que de la noche a la mañana pasó de ser camarero a jefe de cocina, a pesar de no tener capacitación alguna ni actitud a la hora de aprender.

Un cocinero que ante el más mínimo problema vocifera, desprecia a sus compañeros y amenaza con abandonar continuamente como medida de presión y para ver reforzado su poder en el restaurante. Ante esta situación Francisco se desmorona al ver como el sueño de toda su vida se va haciendo añicos e intenta ofrecer su experiencia como consejo, pese a ser ninguneado por Domingo por no estar ya al frente del restaurante.

En su intento por reflotar El Puerto Alberto Chicote se encontrará con el camarero más difícil de toda la temporada y sufrirá desagradables desencuentros con él.

Ante tal situación el chef se enfrenta por primera vez al despido de uno de los empleados del restaurante, Domingo, y se ve obligado a hacer una búsqueda de cocinero por la región para contratarlo e intentar reconducir el mal camino de la cocina de la marisquería.




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