Borja Navarro al borde del KO; le acusan de robarle a sus padres por su adicción a las sustancias y de acudir a un local de intercambio de parejas con maduritas



Borja Navarro sigue en el centro de atención de la parrilla de Telecinco. Solo le falta sacarlo a Piqueras. El novio de Chiqui ha sido acusado de robarle en la adolescencia a sus padres para pagarse sustancias, de acudir a un local de intercambio de parejas, donde habría tenido relaciones sexuales con una madurita. Así lo publica Joana Morillas en ESD;


Borja Navarro ha dejado de ser el marido de Chiqui, de Gran Hermano, para convertirse en un personaje que brilla con luz propia. Y es que el hecho de que saltara a la palestra una relación virtual con una exuberante brasileña ha colocado al caballero en el centro de la diana mediática. Y con gran éxito, porque su polideluxe cosechó una fantástica audiencia.

Las obligaciones nunca le han gustado a Borja. Siendo un adolescente, escogió las amistades peligrosas en vez del estudio y las buenas compañías. Ahí empezó su descenso a los infiernos. Se enganchó a las sustancias prohibidas y entró en una espiral de autodestrucción. Mientras tanto, su progenitor, suboficial de la armada, especialidad buzo, soñaba con un futuro brillante para él.

Chiqui, la tabla de salvación de Borja

Para poder pagar sus vicios, el marido de Chiqui llegó a sustraer objetos de casa de sus padres para venderlos: televisores, vídeos, etc. Ignoro si su padre y su madre buscaron ayuda especializada para combatir su dependencia a la cocaína. Lo que sí se es que lo echaron de casa y le dijeron que por allí no volviera más. Eso ocurrió cuando alcanzó la mayoría de edad.

Hace unos años, Borja conoció a la que se ha convertido en su mujer. El primer encuentro se produjo en una discoteca y, desde entonces, no se han separado. Él le explicó a ella que no tenía donde vivir, que sus padres le habían dado de lado y Chiqui le abrió las puertas de su corazón y de su hogar.

A Borja le van las maduritas

La gran hermana estuvo trabajando como reportera en Sálvame. Sustituyó a la sexy Adriana Abenia. Su sección funcionaba. Sin embargo, fue despedida. Dicen que cobraba la prestación de desempleo mientras estaba en activo. Tras esto, el matrimonio intentó sobrevivir en Madrid pero no lo consiguieron. Al final, aprovechando que los padres de Chiqui se trasladaron a Mazarrón para cuidar de sus nietos, pues su otra hija se había separado y trabajaba a jornada completa en un supermercado, la gran hermana y su chico se instalaron en la casa familiar de Cuesta Blanca de Arriba.

Hace algún tiempo, Borja conoció a María Ángeles, propietaria de El Jeringal. Una finca con restaurante, club de intercambio de parejas y amplios jardines que se alquilan cuando llega el buen tiempo para fiestas orientadas a un público joven que duran veinticuatro horas. El primer encuentro entre el marido de Chiqui y la empresaria tuvo lugar en una discoteca. Ella es una mujer atractiva, con buena figura y unos treinta años mayor que él. Sin embargo, la edad no es inconveniente para Borja Navarro, pues no paró de dejar mensajes subidos de tono en el Facebook de Marian. Al final, viendo que no obtenía respuesta, se dio por vencido.

Trabajando y cobrando el paro

Un día, Chiqui y Borja se dirigieron a El Jeringal. Hablaron con María ángeles porque querían alquilar uno de sus amplios jardines para organizar una fiesta. Marián dijo que no había problema, siempre que se avinieran a pagar un 50% por adelantado y el resto el día de la fiesta. La pareja confesó a la empresaria que no tenían un duro y que confiara en ellos, que le liquidarían tras acabar la fiesta. No hubo trato. Días más tarde, Borja empezó a ronear a Marían vía Facebook. Al ver que ella no le hacía caso, no se le ocurrió otra que pedirle que fuera su madame. Le dijo que estaba dispuesto a prestar servicios a damas y caballeros como gigoló. La empresaria quedó tan sorprendida por la proposición que solo atinó a decirle que si sabía de alguien que necesitara su compañía, le llamaría.

Borja también intentó encontrar cobijo económico al arrullo de una señora quince años mayor que él. Fue el hermano de la dama en cuestión quien se encargó de que la relación no llegara a buen puerto, pues descubrió que el marido de Chiqui solo estaba interesado en el dinero que genera la discoteca familiar de El Soho.

Por cierto, que Chiqui y Borja también han probado suerte con los negocios. Montaron un bar de copas en Los Alcázares asociados con el tío de la gran hermana, quien ha tenido problemas legales. El único que puntualmente cobraba era un caballero de extraña figura que, a diario, acudía a visitar a Borja. El resto de proveedores y las dos camareras contratadas tuvieron que recurrir a la justicia porque nunca vieron ni un euro.


1 comentario:

  1. El consumo de drogas si que lo debe de evitar pero acudir a sitios de intercambio de parejas no me parece tan malo, para gustos hay colores

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