Pedrojota sacrifica trece millones de euros de indemnización a cambio de la libertad para fundar otro medio



"No me han sugerido que me marche. Me lo han impuesto y comunicado. Si de mí hubiera dependido, habría seguido siendo director de El Mundo toda mi vida", con estas palabras se despedía ayer Pedro J. Ramírez de la plantilla del diario que fundó en 1989. Pero lo que parecía un "hasta luego", porque iba a quedarse como asesor del diario y directivo del grupo, se ha convertido en un "hasta nunca".

El todavía director de El Mundo (su última edición será la del domingo) ha decidido abandonar Unidad Editorial sin su millonaria indemnización ante las reticencias del grupo a despedirle. RCS, la matriz italiana de Unedisa, ofreció a Pedro J. Ramírez el puesto de director de Publicación o Editorial, un puesto vacío de poder y contenido, que ocuparía hasta que llegara a la edad de jubilación dentro de tres años y tuviera que marcharse. Un empujón hacia arriba que el que periodista riojano ha rechazado.

Así, Pedro J. Ramírez ha pactado con la compañía una salida que incluye el pago de un finiquito y la anulación de la claúsula de no competencia que le impedía fundar un diario en los próximos dos años, tal y como pretendía, y contratar a periodistas de su confianza. En concreto, el periodista se va a llevar los entre cinco y seis millones de los planes de pensiones que Unidad Editorial ya ha pagado y están en una compañía privada de seguros y un finiquito que correspondería al sueldo que estaba previsto que cobrase los tres años que iba a ocupar el puesto de director Editorial. Este pacto le lleva así a perder los 13 millones de indemnización por despido que contempla su contrato: tres meses por cada uno de los 25 años trabajados más variables.

En este sentido, parece que la única vinculación de Pedro J. con el que fue su diario será como columnista. Al frente de El Mundo se queda Casimiro García-Abadillo, que era vicedirector.

El mismo periodista anunció ayer por Twitter que el consejo de administración del grupo habría aprobado su nombramiento aunque posteriormente eliminó el mensaje.

La marcha de Pedro J. Ramírez supone todo un cambio de etapa para el diario y abre la puerta a los draconianos ajustes solicitados por los accionistas italianos, que en diciembre ejecutaron una reducción y posterior ampliación de capital (operación acordeón) de 125 millones de euros para compensar las elevadas pérdidas que arrastra el grupo y asegurar la viabilidad.

Vía; El Economista


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