Brillante ensayo de Alfredo Relaño contra Florentino Pérez, el peor presidente de la historia del Real Madrid



De esta manera tan brillante ha repasado Alfredo Relaño, director del AS, los oscuros años de Florentino Pérez al frente de la escuadra blanca,


Un veterano comprador de AS, entiendo que buen madridista, me envía una carta en la que se muestra extrañado por lo que él entiende actitud agresiva de este periódico (o más bien de su director, esta persona) hacia el actual presidente del Madrid. Le contesté, por supuesto, en el entendimiento de que uno se debe a quienes dedican alguna porción de su tiempo a atender los razonamientos propios. Me ha parecido de interés exponerles a ustedes las mismas razones que le trasladé. Espero que esto sirva como debate bienintencionado en torno al Real Madrid.


Carta

Querido amigo:


Le agradezco su reproche, tanto como le agradezco su fidelidad como lector. Como entiendo que nos aproxima una buena voluntad hacia el Real Madrid me parece justo y necesario explicarle cuál es mi visión de Florentino, que entiendo que a usted le inquiete.

Tuve bastante fe en Florentino cuando apareció. Y eso que su llegada ya me proporcionó motivos para la suspicacia. Ganó con lo que él llamó, mal, voto por correo. Fue, en realidad, voto recaudado. Indagó en las empresas en cuya cúpula tenía amigos, también en los sindicatos. UGT, CCOO. Y como eso, en El Corte Inglés y otras grandes empresas. A través del capo se llegaba al jefe del jefe, y luego al jefe, y al final al jefecillo. Y finalmente se le decía al currante:

-Si no te importa, dame el voto para Florentino Pérez.

Eso rodeado de un bombardeo sobre Lorenzo Sanz, cuya forma irregular de gestionar fue muy puesta de relieve. Acababa de ganar dos Copas de Europa, después de treinta y dos años sin conseguirlo, pero se puso muy en solfa su gestión. Salió muy a relucir un dinero que él pidió, según tronó fuera, para una partida de parchís. Según explicó él luego fue más bien para unas primas a terceros con ocasión de un partido que implicaba un posible ascenso del Castilla.

Pero Florentino cubileteó bien esos dados:

-Cuando llegue, pediré una auditoría de gestión.

Llegó, pero no hubo una auditoría de gestión. Sí hubo una ilusión nueva, con Figo, luego Zidane, luego Ronaldo.

El Madrid había ganado dos de las tres últimas Champions cuando llegó Florentino. Eso, entiendo yo, contribuyó a que fuera elegido por la FIFA ‘Mejor Club del Siglo XX’. Cuando escucho que Florentino salvó al Madrid de la desaparición me asombra, dado que casi en el instante en que llegó el club fue considerado el mejor del siglo que entonces terminaba.

Tuvo, desde luego, el acierto de transformar la vieja Ciudad Deportiva, el ‘Goya del Abuelo’, Santiago Bernabéu’, en un dineral. Sus contactos políticos (unidos al plus que siempre ofrece el Real Madrid, como causa extra) lo hicieron posible. Aquella vieja Ciudad Deportiva se convirtió en otra más nueva (aunque sin pabellón de baloncesto, eso se ha perdido) y cuatro torres, cada una de las cuales sufragó los fichajes de Figo, Zidane, Ronaldo y finalmente Beckham.

Justo cuando iba a llegar Beckham, Florentino decidió prescindir de Del Bosque. Acababa de ganar la Liga, también acababa contrato. En tres años y medio había ganado dos veces la Champions y dos veces la Liga. Sólo que cuadraba mal con la cursilería ambiente.

Se le reemplazó por Queiroz, que llevaba mejor la corbata y, al decir de algunos, hablaba muy bien varios idiomas (Metían el español entre ellos, con lo que no sé…). Aquello acabó en cinco derrotas consecutivas y un despeñamiento que pasó por Camacho, García Remón, Luxemburgo, López Caro… hasta la fuga de Florentino, de un día para otro, tras perder el Madrid en Mallorca.

Portada-floren

Salió corriendo. El Madrid tuvo entonces una vertiginosa sucesión de presidentes, que él intentó tutelar. Fernando Martín, Montejano y Calderón, en pocas semanas.

Calderón entró precariamente, tras unas elecciones en las que Florentino apoyó a Juan Miguel Villar Mir. Calderón consiguió anular el voto por correo, entendiendo que era un voto recaudado, mal resguardado y probablemente falsificado. Los jueces le dieron después la razón. Pero su mayoría, tan precaria, y la forma en que la alcanzó aconsejaban (y desde luego yo fui partidario de ello) que convocara nuevas elecciones. No lo hizo y remó siempre río arriba, frente a una lluvia de sospechas e insinuaciones que hicieron inmanejable el club.

Con todo y eso, ganó dos Ligas en dos años y poco. El Madrid heredó una plantilla desastrosa, de la que tuvieron que salir Diogo, Cicinho, Pavón, Mejía, Woodgate, Raúl Bravo, Pablo García, Gravesen, Baptista, Cassano, Robinho… Y dos ‘galácticos’ pasados de fecha: Ronaldo y Beckham. Zidane ya había anunciado su marcha de antemano. Esa fue la herencia del primer periodo del ‘florentinato’.

Por fin, hace cinco años, a Calderón se le probó que se le colaron una docena de intrusos en una Asamblea. Aquello le liquidó. Quién se los coló aún no ha sido establecido. En todo caso, se marchó, agobiado por las circunstancias. Se quedaron todos y cada uno de sus directivos, con el vicepresidente Vicente Boluda al frente. Pasados cinco años, Calderón no ha perdido ningún juicio, que usted o yo sepamos. Dos periodistas de El Mundo condenados en firme por un delito de calumnias contra él, llamados Carlos Carbajosa y Jesús Alcaide, fueron con posterioridad contratados por el Madrid, con buenos sueldos y con trabajos para los que no tenían experiencia anterior. Uno trabaja como intermediario entre la prensa y la plantilla y el otro como director de la televisión del club. Eso es lo que hay. El presidente de la Peña del Real Madrid de Ponferrada está a su vez acusado por falsificar votos por correo a favor de Villar Mir y será juzgado en pocos meses. Eso es también lo que hay.

Llegado el verano, volvió Florentino, sin oposición. El día que se proclamó presidente del Madrid, en su regreso, hizo subir a la foto oficial a toda la directiva de Calderón. Cristiano Ronaldo ya estaba fichado desde Calderón, por 96 millones. Florentino trató de abaratar ese fichaje, hizo bastante ruido en el sentido de que no valía tanto, de que era un disparate… Pero al final lo firmó, como firmaría a Kaká y a Benzema.

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-Hay que hacer en un año lo que no se ha hecho en tres-, dijo. Ya tenía tres galácticos.

Luego, lo tiene usted más reciente. Empezó con Valdano y Pellegrini, al que no dejó, contra su voluntad (y con la pasividad de Valdano), mantener a Sneijder y Robben. El primer curso acabó mal y entonces trajo a Mourinho, frente al que Valdano fue sumiso hasta lo indescriptible. Llegó un momento bastante infame en el que Mourinho prohibió que Valdano, en teoría su jefe inmediato, subiera al mismo avión o incluso pisara por Valdebebas. Florentino accedió. Acabó saltando Valdano, que se fue diciendo:

-Yo estoy en el mismo sitio en el que estaba. El que se movió fue el club.

(Me quedé pensando que eso lo podría haber dicho Del Bosque unos años antes, pero tuvo el buen gusto de no decirlo).

Mourinho estuvo tres años. Ganó una Liga y una Copa (Y una Supercopa). Me parece poco, visto con perspectiva, para el precio que se pagó. Se marchó dejando una desunión que usted y yo conocemos. El dedo en el ojo de Vilanova (‘tu dedo nos señala el camino’, ya saben), la placa de los Ultrasur, Casillas en el punto de mira...

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Ahora está Ancelotti. No sé lo que saldrá de eso. El balance del ‘florentinato’ sin Del Bosque es de una Liga en siete temporadas. Y una Copa. Y dos Supercopas españolas. En siete temporadas. Balance propio de un periodo feliz del Depor, pongamos por caso.

Suele repetir que cuando llegó Mourinho el Madrid estuvo seis años sin pasar de octavos en Europa, pero tres de esos seis años fueron con él. Tiene unos ingresos tremendos que no le lucen. Suele repetir que se enfrentó ‘al mejor Barça de la historia’. Pero el mejor Barça de la historia empezó a construirlo él cuando le vendió a Etoo, que ganó para el Barça dos Champions, con sendos goles en cada final. Etoo, el muchachito camerunés fichado por Lorenzo Sanz…

Habla de proyecto económico-deportivo. Bien, pues yo lo creí, como usted. Sólo que el Madrid debe otra vez 540 millones, mucho más de lo que debió nunca, y lleva una Liga de las siete últimas… con él. Eso es lo que hay.

Usted me habla del palco. Multiplica el que él encontró. Está lleno de periodistas económicos, de tertulianos, de popes de los medios, de políticos. ¿Eso es necesario para el Madrid? ¿O es necesario para ACS y para él?

Un gran abono al Bernabéu vale 250.000 euros. En el palco y con croquetas y jamón a discreción se podría valorar en 300.000. Un buen regalo al año, disponer de eso para ir cuando se quiera, ¿no? Eso favorece la impunidad, personal y para ACS. Poco ha salido que ACS estuviera tras las sacudidas de Tarragona. Pero era la empresa matriz de la que inyectaba gas ahí abajo. Hay mucha gente que frota mangas ahí, indulgentes unos con otros. Mundanean, escuchan chismes contra el entrenador y comparten la atmósfera triunfadora de los que no sufren la crisis, más bien la provocan. Son tantos que el palco se ha triplicado desde que llegó Florentino, y luego se ha extendido, por metástasis, a eso azulado que llaman ‘boxes’. Están delante, son palquitos cerrados. Usted los podrá ver en televisión.

Desde luego, el Madrid de Florentino tiene grandes ingresos, sobre tres raíces:

La primera es el estadio, que Ramón Mendoza duplicó, construyendo los anfiteatros tercero y cuarto sobre los primero y segundo, que heredó de Santiago Bernabéu.

La segunda es el marketing, y me detengo un poco. Mendoza hizo la gran reforma del estadio desde los ingresos que obtuvo vendiéndole a Dorna la explotación comercial del Madrid; esos derechos los compró luego PRISA (Gestsport) y a su vez los recompró Lorenzo Sanz. Esa recompra de Lorenzo Sanz explica tanto la deuda que éste dejó (y que Florentino explotó como propaganda electoral) como la buena explotación que luego se ha podido hacer de aquellos derechos. No es justo, estará usted conmigo, presentar ahora esto como un milagro y la deuda de Sanz como fruto de un derroche.

La tercera son los derechos de televisión: el gran salto lo dio Calderón, cuando firmó con Mediapro por una cantidad equivalente a la del Barça (ahí sigue el Madrid) contra lazos ‘castellanos’ que ligaban al club con PRISA (mi empresa) y Telemadrid. En esa misma órbita de Mediapro sigue al cabo de los años el Madrid de Florentino. En la senda que le trazó Calderón. 

En fin, amigo. Le agradezco los años que ha comprado AS. Para mí también sería cómodo ir a pegar mangas al palco en cada partido. (Por cierto, siempre estoy invitado). Pero no me sentiría a gusto.

Aprecio su interés. Empecé a ir al Madrid asiduamente en la 62-63, cuando la delantera era Amancio, Félix Ruiz, Di Stéfano, Puskas y Gento. Siempre he apreciado mucho al Madrid.

Me pudre la versión, tan extendida, de que el Madrid tuvo sus éxitos por ventajas que le ofrecía el franquismo. En mi libro ‘Nacidos para incordiarse’ tendrá usted una visión ajustada del asunto.

Pero igualmente me pudre ver al Madrid confundido o enmarañado con una operación de poder, sin estilo, sin nada más que dinero, convertido en paradigma de los peores vicios de un periodo de la Historia que pasará, sin dejar nada más que personajes como ese en el que usted aún cree, y yo dejé de creer hace un tiempo.

Le agradezco su carta. Un abrazo.

ALFREDO RELAÑO     


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