Julio Ariza despide a uno de sus "pelotas" oficiales; César Sinde

La ola de despidos de Intereconomía TV no cesa. La última víctima ha sido César Sinde, tal y como informa Alerta Digital;

Julio Ariza ni paga traidores ni respeta a sus lacayos: ha despedido a César Sinde. No tendrá, de seguro, ni de lejos, la repercusión mediática de lo perpetrado contra Josep Pedrerol y su equipo, pero en la intrahistoria de Intereconomía tiene su relevancia y entraña su mensaje como una parábola.
César Sinde no tiene nada que ver con la exministra socialista de Cultura ni con la Ley Sinde, no tiene mucha importancia periodística, para algunas fuentes es “un don nadie que intentó escalar haciendo méritos mediante la adulación y prestándose al juego sucio”.
El mérito fundamental del ahora despedido César Sinde fue servir a Ariza para meterse con Enrique de Diego en las redes sociales, con pésimo estilo y metiéndose en terrenos vedados de cuestiones personales, como un fontanero de las cloacas intereconómicas al dictado del oscuro Expósito. Con tan malas artes y tan bajo estilo personal, Sinde llegó a convertirse en el chico de los recados de Álvaro Pérez, alias El Bigotes, imputado en la trama Gürtel.
Puestos al habla con el periodista Enrique de Diego, señala a Alerta Digital: “César Sinde es una anécdota. Hizo el trabajo deleznable que le encargaron. Me resulta asombroso como van cayendo irreversiblemente mis enemigos, grandes y pequeños. Tras la espléndida cosecha de granadas, ahora estoy empezando a recoger una gratificante cosecha de limones, que va adelantada, y por las tardes cuando me siento veo pasar los cadáveres de mis enemigos, tantos, que se forman auténticos atascos. Algunos deberían tenerlo en cuenta. Losantos está completamente acabado y su final será tremendo, de completo descrédito. Ariza tendría que pensar en cómo evitar la cárcel. Quizás matice en el futuro algunas expresiones sobre Rafael López Diéguez, pero debería abandonar toda relación con Intereconomía, reconocer su error y pedir perdón por su grave incoherencia. Mi lucha es contra la nueva esclavitud que se está experimentando en Intereconomía. En cuanto a César Sinde, pobre hombre, ya no podrá probar nuevos coches”.