Cristina Tárrega ha concedido una entrevista a la web Kelisto.es donde afirma que la gente piensa que es una cabrona "porque soy rubia y tengo pechos". Hay gente que piensa que es una cabrona por chupar del bote sin talento en Telemadrid y Canal Nou y por insultar a los andaluces-en la entrevista elogia a Andalucía para compensar-. Aquí pueden leer la citada entrevista pelota donde ella dice que se aprieta el cinturón por la crisis-ja, ja, ja-;
Nunca va a dejar de decir lo que piensa, y eso es fantástico. Quizá por eso Cristina Tárrega es uno de los rostros más populares del panorama nacional y levanta pasiones allá por donde pisa. Es un auténtico animal televisivo, un terremoto profesional que se adapta a todo tipo de situaciones pero, sobre todo, tiene un gran corazón. Confiesa a Kelisto que no sabe decir que no, valora la amistad como su mayor tesoro y asegura que el dinero sólo trae problemas. “Me haría hippie y montaría un huerto ahora mismo”, asegura. ¿Se la imaginan? Atiende nuestras preguntas en la vía del AVE que la lleva a Valencia, su Valencia. Por cierto, acaba de perderlo, por lo que tenemos tiempo hasta que llega el siguiente…
Cristina, no paras…
Básicamente, no paro de trabajar. Estoy todo el día de arriba para abajo. Telecinco, Cadena Dial… y todo lo que sale. Estoy como loca por que llegue la Navidad para parar unos días…
Pero tú eres una todoterreno… ¿cómo lo haces?
No soy una todoterreno, ¡soy Roger Rabbit!. Ahora mismo estoy en la estación del AVE, subida en unos tacones de impresión, no paro, ni a las 8 de la noche. Y no tomo nada de café ni Coca Cola. No tomo cafeína ni nada que acabe en “-ina”. Mi energía es natural.
Y por si fuera poco… has montado tu propia empresa
Sí Poryparami es una web de belleza que busca los mejores productos del mercado, que lanza iniciativas para informar al público en general, a doctores, a especialistas… Estoy muy contenta porque en ella ahora trabajan periodistas que se quedaron en el paro tras el ERE de Telemadrid. Habían trabajado conmigo en “Territorio Comanche” y yo no me podía quedar cruzada de brazos ante la situación que se les venía encima.
Cuando tienes la necesidad de perderte… ¿dónde vas?
Me gusta el mar. Mi mar. Me muero con el mar de Cádiz. La Tacita de Plata para mí es una auténtica barbaridad. Andalucía entera, la verdad, pero no hay traje ni zapato que pueda imitar el color del mar de Cádiz.
¿Eres de las que se compra un par de zapatos cuando quiere darse una alegría?
Cuando me quiero dar una alegría… a mí me encanta la moda, las tendencias… y sobre todo, me pierden los bolsos.
¿Cuántos bolsos puedes llegar a tener?
¡Preguntar eso es tan feo como preguntarle a una mujer su edad! (ríe). Sí te puedo decir que prefiero tener uno bueno a tener 80 baratos. El bueno puede que te dure toda la vida. Yo soy de las que piensa que al final lo barato sale caro.
Durante estos años de crisis… ¿Has tenido que apretarte alguna vez el cinturón?
No me he apretado el cinturón, ¡me he metido el pincel! Esta expresión lo que quiere decir es que hemos tenido que hacer más esfuerzos que sólo apretarnos el cinturón, pero vamos, nada distinto a lo que han tenido que hacer el resto de españoles.
¿De qué manera ahorráis en casa?
En mi casa hemos prescindido de todo lo supérfluo y yo estoy todo el día pidiéndole a mi marido que apague las luces, por ejemplo… somos muy cuidadosos con cerrar siempre el grifo del agua… ya te digo, nos apretamos el cinturón en su momento, y ahora, toca meterse el pincel. Hay que hacer más esfuerzos.
Cristina, en lo profesional, ¿te sientes querida?
Me gusta que me cuiden, como a todos. Hay de todo en la prensa. Este verano me jugaron una mala pasada con unas fotos con muy mala hostia. Yo creo que no me merezco eso, sobre todo cuando yo nunca he vendido ni he jugado con mi vida, pero en esta profesión a veces en lugar de periodistas te encuentras con buitres carroñeros. Ahora, eso sí, siempre que alguien me hace una trastada con el tiempo le veo caer. No es que yo haga nada, pero al final el tiempo pone a cada uno en su sitio.
Yo tengo 20.000 defectos, pero hay cosas que no le haría a nadie. Soy incapaz de ir a hacer daño, de ir a jorobar a nadie. Creo en el karma y me gusta mucho esta profesión, pero eso no es periodismo, ni tan siquiera paparazzis, eso son traficantes de vidas humanas.
¿Eres más de efectivo o de tarjeta?
Soy más de tarjeta de crédito, pero reconozco que siempre las pierdo. Yo con llevar 20 o 50 euros en el bolso voy servida, no necesito más. Cuando salgo por ahí siempre voy con mi marido y ya paga él. Esto no quiere decir que no tenga mi independencia económica, sino sólo que me despreocupo de quién paga.
¿Te preocupa poco el dinero?
No me gusta el dinero, es feo. Me parece que siempre lleva a problemas. A ver, me gusta porque da de comer, pero hay momentos en los que me haría hippy y me iría a montar mi huerto. No necesito más. El problema que también tiene el dinero es que la gente se te acerca por el interés, pero eso le pasa a todo el mundo, da igual que se llame Cristina Tárrega o quien sea.
¿Qué dirían de ti tus amigos, los de verdad?
Que Cristina es muy amiga de sus amigos y que valora la amistad por encima de todo. Sigo viendo a mis amigas del colegio, de las teresianas. Todo es distinto con ellas después de tantos años, pero el cariño ahora es más sincero, más mágico. Ahora saboreas más las cosas y yo estoy muy contenta con los amigos que tengo.
Cristina a veces puede ser hiriente, y hay gente que piensa: “esta debe ser una cabrona porque es rubia y tiene pechos”. Pero yo soy una persona muy transparente, me gusta ayudar a la gente a la que quiero. A veces creo que me tendrían que poner un coach para aprender a decir que no, pero no puedo cambiar. Para eso yo tendría que volver a nacer, mi madre me parió de canto.
Ser así conlleva muchas alegrías, pero te habrás llevado más de una decepción…
Soy así. Lo mismo aparezco un día en casa con un perrito desvalido que estoy pensando en cómo ayudar a la gente que quiero. Mi marido me dice que modere mis voluntades, pero me quiere y, como se suele decir, “el que la lleva la entiende”. A veces me llevo muchas desilusiones, pero soy así de tonta. No quiero cambiar.
Con un marido futbolista… ¿cómo encaja Cristina en ese mundillo? ¿Hay tanto lujo en el mundo del fútbol como vemos desde fuera?
No se puede generalizar. Depende mucho del futbolista, de lo que se quiera aparentar… Mi marido no es un futbolista común. Nosotros somos gente muy normal, para nosotros es muy importante la familia, tenemos un coche común, no somos de grandes lujos. Mi marido no lleva un pendiente con brillantes, es muy normal.
"No me gusta el dinero, es feo. Me parece que siempre lleva a problemas".
ResponderEliminarEs curioso que, para no ser de lujos ni querer el dinero, esta chabacana, analfabeta e inculta se haya llevado de Telemadrid casi tres millones de euros por un programa zafio y que no veía nadie.
A lo mejor tenía algo que ver que sea amiga íntima de otra de su misma calaña y ""virtudes" intelectuales, sólo que rica de cuna: la Aguirraca, otra que presume de "no tenerle apego al dinero".