Campaña contra el cigarrillo electrónico



A partir de enero entrará en vigor la prohibición de fumar cigarrillos electrónicos en centros sanitarios, educativos, infantiles, oficinas de la Administración Pública sobre todo en las dependencias de atención al ciudadano y en el transporte público, según acordaron ayer la ministra de Sanidad, Ana Mato, y los consejeros autonómicos en la reunión del Consejo Interterritorial.



La ministra declaró que antes de adoptar la decisión hubo un debate «intenso» sobre cómo regular la prohibición de este sucedáneo de tabaco que preocupa a todas las autonomías al tratarse de productos sobre los que existe un vacío legal.
El objetivo «prioritario e irrenunciable», según Mato, es proteger a los menores del vapor que desprenden estos cigarrillos, ya que todavía no hay evidencias científicas de los efectos que pueden provocar.
Para formalizar dicha prohibición,el ministerio hablará con los grupos parlamentarios «lo antes posible», o la próxima semana o a principios de enero, para pedirles que incluyan esta restricción del consumo en alguno de los proyectos legislativos que hay en estos momentos en tramitación, para que «en enero pueda estar ya contemplado».
El ministerio planteará también a los grupos parlamentarios la regulación de estos productos «en el resto de los ámbitos», para equiparlos a lo que establece la actual Ley Antitabaco para que tampoco se puedan consumir en los establecimientos de hostelería.
El conseller de Sanidad, Manuel Llombart, fue uno de los que ayer se mostró partidario de prohibir de forma inminente el uso del cigarrillo electrónico en centros sanitarios, educativos y residencias de tercera edad.Su homólogo de Murcia, compartió su preocupación.
Por otra parte, el presidente de la Organización Médica Colegial, Juan José Rodríguez Sendín, declaró ayer que los cigarrillos electrónicos son «una gran trampa, muy peligrosa y engañosa», y abogó por aplicar una drástica regulación para equipararlos al consumo del tabaco convencional e incluir su uso en la ley antitabaco. «Se quiere dar la sensación de que son una alternativa al tabaco, inocente e inofensiva, y no lo es porque perjudica a la salud, llevan compuestos tóxicos y producen dependencia como la nicotina», agregó Rodriguez Sendín.
Por contra, lo eurodiputados propusieron ayer que estos productos «puedan regularse como productos medicinales, si se presentan como poseedores de propiedades curativas o preventivas, o bien como productos del tabaco». En el último caso, no podrán contener una concentración de más de 20 mg/ml de nicotina. No obstante, la Comisión Europea podrá proponer su prohibición si tres Estados miembros los vetan.

Vía: Levante
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) respalda al Gobierno en su intención de regular el uso del cigarrillo electrónico y propone que se consideren productos medicamentosos. De esta forma, explica Pilar de Lucas, presidenta de la sociedad, los riesgos en cuanto a la "toxicidad" provocada por falta de control de los componentes de los líquidos o por manejo inadecuado de las distintas partes del cigarrillo "podrían ser evitados". "Separ considera que, ante las dudas que plantea la formulación de los cigarrillos electrónicos, su regulación como medicamento facilitaría que se evaluara de forma científica la eficacia y la seguridad de uso del producto, y obligaría a que su producción estuviera sometida a intensos controles de calidad", precisa. Los compuestos más habituales son propilenglicol, glicerina y nicotina Según Segismundo Solano, coordinador del Área de Tabaquismo de Separ, así se controlaría "su consumo, dónde y cómo"; se velaría por unos estándares de calidad y se facilitaría la investigación científica y médica de este dispositivo. El doctor entiende que "sin duda puede ofrecer ventajas frente al consumo de tabaco tradicional y tiene aspectos que pueden ser positivos en procesos de deshabituación". Los neumólogos denuncian que aún existen importantes vacíos de conocimiento en torno al cigarrillo electrónico, por ejemplo, en cuanto a los efectos a medio y largo plazo de sus ingredientes. Contiene diversas sustancias químicas que son vaporizadas y llegan directamente a los pulmones, unas que contiene el líquido y otras que se producen a consecuencia de su calentamiento y aparecen en el vapor. Las más habituales en el líquido son propilenglicol, glicerina y nicotina. "Cabe señalar que algunas marcas no contienen nicotina y que las que la contienen lo hacen en menor porcentaje que en los cigarrillos habituales", indica el experto. El propilenglicol y la glicerina son inofensivos cuando son utilizados por vía oral. No obstante, cuando se usan por vía inhalada "su inocuidad no ha sido claramente demostrada", explica Carlos Jiménez, director del Programa en Investigación en Tabaquismo. En cuanto al vapor se ha detectado formaldehído, acetaldehído y acroleínas, presentes en el humo de los cigarrillos manufacturados, aunque en mayor cantidad que en los electrónicos. También se localizan metales como cromo, plomo y níquel, en este caso, en niveles más elevados que los detectados en el humo de los cigarrillos, siendo estas sustancias calificadas como carcinogénicas sin determinar un umbral de seguridad para su consumo. Ayudar con la abstinencia Algunos estudios han encontrado que los cigarrillos electrónicos, tanto los que contienen nicotina como los que no, pueden ayudar a dejar de fumar y aliviar los síntomas del síndrome de abstinencia e, incluso, su papel como tratamiento en la reducción del daño que provoca el tabaco. Como explica Jiménez, estos estudios tienen importantes "deficiencias" metodológicas que no permiten obtener conclusiones fiables como tratamiento para dejar de fumar. "Además hay que evitar la posibilidad de que la utilización de este tipo de dispositivos disminuya la motivación para dejar de fumar", añade el portavoz de Separ. Otro problema que presentan los cigarrillos electrónicos es que aunque son utilizados principalmente por fumadores que quieren dejarlo, por quienes quieren reducir el consumo o por exfumadores, un pequeño número de no fumadores también los consume. Entre este grupo se encuentran por una parte los menores (un 3 %-5 % de jóvenes no fumadores lo han utilizado en alguna ocasión) y no fumadores que se inician así en el consumo de tabaco.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2013676/0/expertos-regular/cigarrillo-electronico/como-medicamento/#xtor=AD-15&xts=467263A partir de enero entrará en vigor la prohibición de fumar cigarrillos electrónicos en centros sanitarios, educativos, infantiles, oficinas de la Administración Pública sobre todo en las dependencias de atención al ciudadano y en el transporte público, según acordaron ayer la ministra de Sanidad, Ana Mato, y los consejeros autonómicos en la reunión del Consejo Interterritorial.
La ministra declaró que antes de adoptar la decisión hubo un debate «intenso» sobre cómo regular la prohibición de este sucedáneo de tabaco que preocupa a todas las autonomías al tratarse de productos sobre los que existe un vacío legal.
El objetivo «prioritario e irrenunciable», según Mato, es proteger a los menores del vapor que desprenden estos cigarrillos, ya que todavía no hay evidencias científicas de los efectos que pueden provocar.
Para formalizar dicha prohibición,el ministerio hablará con los grupos parlamentarios «lo antes posible», o la próxima semana o a principios de enero, para pedirles que incluyan esta restricción del consumo en alguno de los proyectos legislativos que hay en estos momentos en tramitación, para que «en enero pueda estar ya contemplado».
El ministerio planteará también a los grupos parlamentarios la regulación de estos productos «en el resto de los ámbitos», para equiparlos a lo que establece la actual Ley Antitabaco para que tampoco se puedan consumir en los establecimientos de hostelería.
El conseller de Sanidad, Manuel Llombart, fue uno de los que ayer se mostró partidario de prohibir de forma inminente el uso del cigarrillo electrónico en centros sanitarios, educativos y residencias de tercera edad.Su homólogo de Murcia, compartió su preocupación.
Por otra parte, el presidente de la Organización Médica Colegial, Juan José Rodríguez Sendín, declaró ayer que los cigarrillos electrónicos son «una gran trampa, muy peligrosa y engañosa», y abogó por aplicar una drástica regulación para equipararlos al consumo del tabaco convencional e incluir su uso en la ley antitabaco. «Se quiere dar la sensación de que son una alternativa al tabaco, inocente e inofensiva, y no lo es porque perjudica a la salud, llevan compuestos tóxicos y producen dependencia como la nicotina», agregó Rodriguez Sendín.
Por contra, lo eurodiputados propusieron ayer que estos productos «puedan regularse como productos medicinales, si se presentan como poseedores de propiedades curativas o preventivas, o bien como productos del tabaco». En el último caso, no podrán contener una concentración de más de 20 mg/ml de nicotina. No obstante, la Comisión Europea podrá proponer su prohibición si tres Estados miembros los vetan.

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