La evolución de la radio en España



Desde 1906 hasta el 23, en plena dictadura de Primo de Rivera, la radio en nuestro país fue un medio en proceso experimental. En el 24 se profesionaliza el medio y nacen Radio Barcelona y Radio España Madrid. El Estado se encarga de recaudar impuestos entre los pocos que poseían un receptor y en esos años se abusa de la publicidad y la experimentalización-teatro en directo o charlas de intelectuales-. Aun así es quizás en esos momentos la radio más culta practicada hasta ahora.

En la guerra es utilizado por ambos bandos como eficaz método propagandístico; desde "La Pasonaria" alentando el "No Pasarán" en el Madrid del 36, hasta las charlas de Queipo de Llano incitando el asesinato de rojos en la secuestrada Radio Sevilla, pasando por la fundación en Salamanca de Franco de Radio Nacional en el 37.El franquismo mata a la radio. Como también mato a la literatura, el teatro o el cine. Los intelectuales de mayor valía se encontraban en el exilio o bajo tierra. La radio se convierte en un medio menor periodísticamente-solo existían como informativo "El Parte" de RNE a las 14,30 repetido en todas las emisoras que carecían de servicios informativos- y es utilizado por el Régimen como un simple entretenedor de los cuarenta y cincuenta; música española-la copla como gran estandarte cultural español de esos años-, concursos absurdos y patrocinados-"señora o señorita"-, eternas radionovelas con grandes cuadros de actores y la creciente fiebre por el fútbol.

En los sesenta la radio se queda como un medio anticuado. El boom de la televisión la sustituye en la tarea de entretener a los españoles. En otros países europeos la radio en esos años busca su refugio en la información; aquí la radio sufre la dictadura y se queda como un medio limitado en este campo. Solo ofertas como Hora 25, que refugia la política en cultura o sociedad y la programación local huyen de ese páramo.

La radio también sufrió la transición; fue el último medio en recobrar cierta libertad. Los informativos propios elaborados por las propias emisoras no llegarán hasta el 77. Y en ese momento el papel le ha tomado la delantera; El País, Cambio 16 o Triunfo.
En esos años "mueren" algunas grandes cadenas institucionales del franquismo, ya que son deglutidas dentro de Radiocadena Española tres estandartes del viejo Régimen; Red de emisoras del Movimiento, Cadena de emisoras sindicales y Cadena Azul. Otras son incapaces de asumir los nuevos tiempos y sufren una lenta pero angustiosa agonía, como es el caso de Radio Intercontinental, que intenta sustituir sin suerte la carencia informativa derivada de los complejos franquistas-al ser la emisora castiza propiedad de los Serrano Suñer- por entretenimiento puro; "Las chicas de la Inter" o "Héctor Gol".


En los ochenta se produce la gran revolución de la radio; el medio conecta con la calle-aquellos míticos conciertos preMovida radiados por Onda Dos-, mejora la calidad de la señal-con la llegada de las FM, que inicialmente era relegada al plano musical- y con la consolidación y nacimiento de grandes estrellas; Luis del Olmo. "SuperGarcía", Encarna Sánchez, Iñaki Gabilondo...

Luis del Olmo se inventa las mañanas adaptándose al género informativo; pasa de ser un hombre orquesta a lo Bobby Deglané para llegar a un nuevo tipo de público. Inventa una mañana más social y más política-de los cincuenta a los ochenta la radio matinal era considerada "para marujas"-.
Además Luis pasa de RNE a la COPE, la radio de los obispos. De hecho es él el "padre de la cadena"; coge un puñado heterogéneo y disperso de emisoras de distintos obispados y familias católicas y la convierte en una de las principales cadenas nacionales-luego fundó con suerte Onda Cero y sin ella Punto Radio-.
También tiene especial relevancia José María García; instaura el deporte a medianoche-han pasado casi cuatro décadas y sigue vivo el invento- y crea un estilo afilado que heredaría en el plano político Antonio Herrero en la nueva Antena 3 Radio. Este adelanta los relojes de la mañana a las seis-cuando antes arrancaban a las nueve- y batalla con medios medios pero con más mala leche contra Luis e Iñaki por el reinado de las mañanas.

Iñaki abre una tercera vía entre ambos y acaba ganando; ni el guerracivilismo de Herrero ni la superficialidad de Luis. Abre un camino para una izquierda política aburguesada y moderada-para él era fácil viniendo del entorno "peneuvista"- y abre los micrófonos a la calle con una radio de calidad y con mucha presencia del mundo cultural.

Los noventa son la década de la tensión política, de las guerras mediáticas y de los navajazos al alba; el calentamiento del clima devenido por un cambio político, los escándalos tras tres lustros de felipismo provocan el regreso de la derecha bajo el brazo del sindicato del crimen, que poblaba dos de las tres tertulias más escuchadas en esos momentos. Fueron años de inestabilidad, de portada diaria de El Mundo sobre los GAL, de ETA en pleno funcionamiento y del vídeo de Pedrojota. Mientras PRISA conseguía pelearle primero y robarle después el liderazgo de los deportes a García, de la mano del estilo entre cálido y batallador de José Ramón de la Morena.

La decada de los dosmil comienza con un brutal liderazgo de la SER cimentado en varias cosas: la absorción de Antena 3-que le daba una superioridad técnica respecto a sus competidores-, los fallidos experimentos en la competencia-Onda Cero, COPE y RNE- y la eficacia de hombres de la casa; Iñaki por las mañanas, Gemma aprovechando la herencia de Sardá y el incomprensible despido de Julia Otero de Onda Cero por las tardes, Carlos Llamas en la noche, los deportes a pleno funcionamiento, Fernando Delgado el fin de semana, el Si amanece..., El Cine o el nacimiento de Milenio 3-.
La COPE se hunde en apenas cuatro años; en el 96 el cáncer le vence la partida a Encarna Sánchez, en el 98 muere ahogado Antonio Herrero y en el 2000 García se larga a Onda Cero-para liderar un proyecto apadrinado por Aznar y financiado por la recién privatizada Telefónica-.

En el año 2013 la radio está en sus peores momentos. Adolece de falta de naturalidad. La Cadena SER es una emisora totalmente despolitizada-abrazando a ratos algo entre un progresismo light y un centrismo a lo yankee-. La llegada de presentadores del telediario-Pepa Bueno o Carles Francino- ha matado el invento. Les falta carácter y personalidad a ambos. Encima ha dejado de creer la emisora en sus hombres de la casa; prejubilando a Iñaki y no creyendo en Miguel Ángel Oliver, Pedro Blanco, Isaias Lafuente o Jesús Cintora.
Encima De la Morena se endiosa-aunque a día de hoy nadie esta dispuesto a pelearle el reinado, que va para dos décadas- y se produce un gran éxodo en deportes liderado por Paco González y Lama.

En la COPE tras seis años -entre 2003 y 2009- con la resurrección de un nuevo Antonio Herrero-Jiménez Losantos, más culto y más sectario-, ha virado hacia una radio de laboratorio; Buruaga manipulando para Génova una vez más, Ramón García "ikeizado" y Colmenarejo salvando los muebles. Hasta el deporte en directo ha empeorado pagando el estirón del calendario futbolístico; el "gol en Las Gaunas" ha sido relevado por monólogos, secciones chorras y pajas mentales del Twitter.

En Onda Cero se han conformado con un cómodo y rentable segundo lugar. Le falta ambición a González Ferrari y lo demostró el día que no pujó por Paco González. Por las mañanas funciona Carlos Herrera-cojea en informativos y abusa de patio sevillano y taberna en el magazine-. Y por las tardes lo hace Julia Otero, que con un estilo propio es de lo poco que se salva en la radio de hoy. Para facilitarle a Lara el segundo puesto, sus amigos del PP se han cargado RNE. Los anteriores siete años de trabajo han quedado en nada; Juan Ramón Lucas está buscando emprendedores en La 1, Toni Garrido produciendo detrás de los micrófonos y Javier Gallego refugiado en el podcast de la SER.

En las musicales peor todavía; todas las emisoras repitiendo las listas del Spotify con locutores ausentes o prefabricados reproduciendo las borregadas latinadas y los "justibiebers". Mientras silencian la explosión del indie en España; los Lori Meyers, Supersubmarina, Love of Lesbian o Vetusta Morla, pese a abarrotar conciertos, no existen en las musicales.

En el día de hoy faltan estrellas en la radio. Los iñakis, los luises, los garcías, no han sido sustituidos por nadie. Pero aun así hay que decir que la radio no ha muerto, porque es insustituible por ahora. Nadie escucha la radio pero todo el mundo convive a su lado; mientras se plancha, mientras se hace el desayuno, mientras se conduce, mientras se cocina....
Internet matará antes a la televisión, a los libros, al cine o a la prensa que a la radio....



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